Los ‘dioses’ están entre nosotros…

Dios Elohim está en nuestro Espíritu

La verdad es difícil de aceptar cuando nos desestructura y nos echa por la borda toda idea e ideal de mundo, de realidad sostenida en la mentira por siempre. Se nos dijo que Dios creó el mundo en siete días: y en verdad los originales Babilónicos que los Escribas hebreos tomaron cuan inspiración dice que fueron ocho días efectivos, pero hubo de hacer cuadrar estos días con los siete de  la religión judía, y consignar al siete la calidad divina, pues es el número del Sabbat y debía  quedar como el día del Reposo del Señor. ‘Es ésta una enseñanza teológica que, a su vez, encuadra el aspecto (…) evidente, es decir: el origen de todas las cosas de Dios, en el marco de un segundo aspecto: el descanso del séptimo día, el sábado. Precisamente para transmitir mejor esta  segunda enseñanza se ha utilizado el esquema de la semana israelita, como las obras son ocho (una por día) se distribuyeron en forma simétrica, incluyendo dos (hechos) en el tercer y sexto día. Así, el descanso de Dios al séptimo día se convierte en modelo a imitar por los Hombres’  (La Biblia de Jerusalén- pag.13 Comentario al pie de Génesis)

Los Escribas de los textos que ahora se nos presentan como Palabra de Dios, única e indiscutible, resultan ser personas religiosas cuyo plan y objetivo era dar al pueblo de Israel  aquel basamento jurídico y teológico que sirviera para sustentar la razón y la existencia física y política del pueblo hebreo. Esta operación de tomar los principios de la Creación y luego acomodarlos a sus ejemplos y ordenamiento puede aparecer un acto legítimo si se concibe la propia religión cuan panacea digna de un pueblo elegido. Bajo el punto de vista de la dignidad y del apego a la verdad son maniobras antojadizas que tergiversan realidades que  debieran sostenerse en el tiempo, pues si son de Dios, o de Elohim, el Hombre no puede acondicionarlas a sus calendarios y conveniencias.

Los sacerdotes antiguos, mucho después de Moisés, que es cuando estas escrituras inician, tenían ante sí un desafío espiritual mayor, que no se explicita en las escrituras, pero que está vigente siempre: debían desmontar el Génesis y los sustentos Cosmogónicos de Sumerios y Egipcios, pues ellos poseían  la misma raíz de Creación en sus tablas y papiros, pero establecen el dominio del Cosmos sobre los Hombres y designan linajes reales humanos ligados a estos poderes cósmicos. De esta forma los reyes eran dioses y el poder de estos reinos se sustentaba en alianzas con ‘las estrellas’.  En cambio, el Dios Elohim no declara alianza alguna con estos poderes cósmicos y los denuncia cuan  divinidades de los abismos.

Hemos crecido con la falsa idea de que Dios es un etéreo sin consistencia, o bien culminamos en la humana idea de un Hombre Dios que piensa y siente como los humanos. Y aquello que descubrimos no en la lectura ciega de Génesis, sino en la Indagación, en la Comparación y en el Discernimiento  es que hubo una Creación primaria, que se nos relata en la primera parte de Génesis, y es coincidente con el Génesis de los Vedas y de muchos textos antiguos. Pero luego saltamos, literalmente, en el tiempo y hallamos que primero hizo Dios al hombre y la mujer, iguales los creó, para que se reprodujeran e hicieran el Plan de Su Creador (Génesis 1 -23) pero  una vez en la Tierra adecuada para estas criaturas de Dios, el paraíso, Dios dice: ‘no es bueno que el varón esté solo y haré la compañía adecuada’…’y de la costilla que Dios tomó del varón, formó a la mujer…’  (Génesis 2 -18 y22)Es decir, se relata una creación igualitaria y una misión de procreación, y más tarde se vuelve a crear, esta vez a la mujer, en forma dependiente y sometida al varón. Pero es en el mismo Génesis que se acusa a esta mujer como la culpable de la caída, y desde siempre se nos ha inculcado que la tentación sexual de la hembra indujo al varón a cometer pecado. Pero en el Origen igualitario  Dios emana justamente la tarea de procreación. Es evidente la contradicción. Son dos historias distintas y contrapuestas separadas de muy pocos párrafos en el texto de Génesis.

Más adelante, en Génesis 6 dice: ‘cuando los Hijos de Dios vieron que las hijas de Hombres les venía bien, fueron con ellas y se les unieron, y entonces Yahvé dijo: ‘no permanecerá mi Espíritu en el Hombre porque ahora no es más que carne…  Los Nefilim aparecieron entonces en la Tierra, y éstos fueron los héroes de la antigüedad, y fueron seres famosos…’ Pero en parte alguna se explica de dónde aparecen estas ‘hijas de los Hombres’ y la diferencia con los ‘hijos de Dios’. Quizás sí se nos explica en las dos versiones de la creación del Hombre y la Mujer: en la primera es igualitaria y celestial; en la segunda es dependiente y terrenal.  Ahora bien, la segunda versión, de la costilla, se encuentra en los escritos  antiguos  no hebreos, y en la tradición Sumeria se establece que el Hombre fue una creación artificial de los dioses de las estrellas. La pregunta es porqué los Escribas sacerdotes de Israel asumieron ambas historias sin una explicación definida. La respuesta es que tampoco los sacerdotes antiguos tenían la Revelación ante sus ojos, y por tradición religiosa ambas realidades aparecían como ‘divina’ y establecía un dato histórico: que la raza  humana poseía dos orígenes, y ambos eran divinos, y se mezclaron conformando a la humanidad. Solo que los Hijos de Dios eran superiores, de una divinidad mayor, y al unirse a las mujeres de la segunda creación generaron un tipo de Ser que por siglos dominó la primera historia humana.  Y esta realidad resulta engorrosa para una religión que debe responder a todos los seres, pues si discriminara entre ‘hijos de Dios’ e ‘hijos de Hombres’ provocaría un empequeñecimiento de la religión hasta su desaparición.  El objetivo de la Religión es unir, ligar, al máximo posible, y al redactar los Orígenes de la Creación el Escriba se encontró con que debía no tomar partido,  y exponer los hechos sin  afectar la base de sustento de la religión que debía prevalecer.

Se nos declara que Dios retiró su Espíritu cuando los Hijos de Dios se unieron a las hijas de los Hombres, y estos Hombres eran creación artificial de los dioses del Cosmos, mientras que los Hijos de Dios eran esencialmente divinos y no carnales, y el Espíritu de Dios estaba en ellos.

Más adelante se nos indica que un Adán y una Eva tuvieron a los primeros hijos. Pero aquí hemos leído que Adanes y mujeres de la tierra procrearon seres fuertes, gigantes y famosos. Se nos ha inculcado que Caín mató a Abel. Sabemos que Caín era una estirpe, de muchos pueblos, y Abel otra, de muchos pueblos. Se trata entonces de una guerra de exterminio. Los Cainita eran estos hijos nacidos de Adanes y mujeres de la tierra, llamadas Lilhit, y Abel eran la Generación de los Adanes y Evas que se mantuvieron  fieles a Dios.  ¿Por qué el Escriba hebreo nos relata todo como si fuese un solo hecho, pleno de contrariedades inexplicables?

Reflexionemos sobre el fanatismo bíblico de muchos creyentes religiosos que asumen la historia tal y cual se lee en textos que nunca fueron Revelados, sino elaborados a según de cálculos político- religiosos. Y reflexionemos sobre el Hecho que los sumerios nos cuentan una historia cruenta, terrible y que debemos tener en consideración: que los hombres de este mundo fueron producto de la voluntad de Seres del Cosmos que instalaron aquí su reinado.  Los hombres y mujeres que nacieron como de una costilla, o del alma, fueron concebidos cuan esclavos, para servir a los dioses y a las familias carnales de estos dioses.  Pero se nos enseña y se nos Revela que el Dios Mayor creó antes, el Principio,  al hombre y la mujer y los hizo iguales, y les dio la misión de procrear entre ellos: los Hijos de Dios.

Esta historia confusa que nos relata la Biblia antigua (A.T) se zanja con la aparición de un Elohim encarnado: JesúsCristo.  La Creación, Dios Padre, los propósitos espirituales, la razón de la Carne y la Trascendencia a vida inmortal se nos Revela ya sea en los Hechos como en las Enseñanzas de Cristo, pero sobre todo se nos aclara en los Hechos de los Tres Días (cuando Jesús muere) en los cuales el Cristo Elohim  desciende a los abismos y vence a los Señores de las Tinieblas que tenían al Hombre cuan esclavo de la muerte y sus infiernos.

 Sin embargo, los Cainitas, los hijos de perdición, el Mundo que nos gobierna…como se anuncia en Apocalipsis… sirven a la Bestia, y desde esta sumisión han contorsionado la historia; y cuando Cristo hirió en la cabeza a la Bestia Dragón (Tres Días de Cambios) vino otra Bestia menor que se depositó entre siete colinas y cuan ramera ha llenado su cáliz de sangre, y en su corona luce un título blasfemo (Vicario de Cristo) , y ha extraviado  al Hombre con su mentira, y ha fornicado con los reinos y gobernantes, y se ha llenado de lujuria…y quienes le sirven se han marcado  con una señal en la mano derecha y en la frente, y nada compran o venden sin esta señal, cuyo nombre es calculado, y su cifra es 666.

Estas palabras de Apocalipsis nos llevan a la ‘señal de la cruz’…una cruz que se impuso como símbolo tardío en la iglesia cristiana, siendo instrumento de muerte del poder mundano, y con esto se ha anegado el Hecho de los Tres Días, siendo éste el Hecho real  de la Salvación: mientras que la sangre, el martirio, la muerte que representa la cruz es el ritual de los dioses del cosmos, de los señores de las tinieblas, de aquellos dioses sumerios que nunca se han retirado del todo. Una señal que los esclavos se hacen con la mano derecha y en la frente, y ‘negocian’ con Dios: piden, exigen, oran como los fariseos, litigan y actúan cuan mercaderes de la fe, se culpan y culpan, y se someten a confesiones ante otros hombres, y nunca se liberan…pagan con penitencias, van al confesionario como quién se dirige al mercado…son esclavos…no conocen a Dios, siguen a hijos de hombres, someten a las mujeres,  violan a niños, gobiernan con los reinados del mundo, persiguieron a los santos, se sustentan en el poder y el dinero que es la fama de los hijos del cosmos; resaltan milagros que hace que el sol descienda en la tierra (Fátima) (‘y bajará fuego del cielo para convencer a todos’- Apocalipsis)  y los señores trabajan para fomentar la dependencia de estos poderes oscuros… son parias de la bestia. (Comparar y leer atentamente: Apocalipsis 13)

Cristo es Dios, como el Elohim que se nos relata en pasajes de la Biblia hebrea;  pero  los dioses del cosmos, de las estrellas, y de la Carne sin Espíritu siguen actuando entre nosotros, tal y como se cuenta en la misma Biblia hebrea. Solo que nunca se ha tratado de la misma realidad, sino que de dos verdades en lucha abierta y permanente.  Y es por lo mismo que los Hechos de Cristo rompen con esta confusión y coloca orden ante la opción de los Hombres. Es cierto, los hijos de la bestia, los dioses del cosmos, los Cainitas y sus gobiernos de violencia, guerras y posesión han hecho lo imposible por tergiversar a Cristo aludiendo al mismo Cristo. A esto se llama ‘Anti Cristo’…cambiar la realidad de Cristo aludiendo a Cristo y proclamando su Nombre en vano. Pero esta contradicción permanente y antigua no es solamente religiosa, moral, simbólica, ni depende de si la gente cree o no cree. Esta realidad es concreta, tangible y es la realidad que mueve el Mundo.  La maldad no es una quimera que podemos manejar o teorizar, negar o desconocer. El Mal existe y actúa; posee mundos inteligentes que trabajan en sus oscuros planes;  crean hombres a su antojo, y posesionan mujeres para procrear hijos que luego dominen al mundo y gobiernen las áreas estratégicas del planeta. Es ‘el Mundo’ que Cristo aborreció, y por lo mismo los Hijos de Dios deben ‘salir del Mundo’ y no depender de las necesidades materiales, sobre todo el dinero, que finalmente esclaviza  al Espíritu y lo somete a la carnalidad y lo temporal. ‘Estar en el Mundo’ para el Elohim Mayor es pertenecer en alianza y entrega a Dios Padre, y actuar cuan Abel, asumiendo el Espíritu de Dios en uno mismo, y por ende con  la mirada puesta en la certeza de la Resurrección, la Inmortalidad y la Vida Eterna. ‘Estar y no ser del Mundo’ significa una Opción concreta por Ser Hijo de Dios… o  seguir siendo Hijo de los Hombres y carne para la bestia.

También Elohim tiene Mundos de Luz: y así como los señores del cosmos siguen en los cielos de este planeta, y debajo de la tierra, actuando su juego malévolo y alimentándose de la sangre de los Hombres…los Elohim tienen  Avanzadas entre nosotros, y luchan en los cielos del planeta, y habitan en las aguas, y trabajan para que los Hombres establezcamos alianzas libres y de fe con el Dios Vivo al cual sirven con gozo. 

Los Hombres debemos asumir que no estamos en grado de discernir, por si mismos, aquello que es bueno y aquello que es malo, viniendo del cosmos, apareciendo en el cielo y dando manifestaciones de poder divino. Nos deslumbra que  una generación o un Ser tengan grandes conocimientos, y use tecnología desconocida, o domine la materia y los elementos… a eso le damos la connotación de dios, de superioridad, y nos sometemos, y estamos dispuestos a ser esclavos de estos poderes, y seguimos sus teorías, y basamos nuestro saber en sus enseñanzas.  Como lo dice Apocalipsis: la bestia engañara a muchos. Entonces esperamos que Dios nos de señales, haga milagros ante nuestros ojos, y pedimos cosas, exigimos complacencia, esperamos se cumplan los deseos que como humanos nos arrastramos desde la frustración o la esperanza…compramos y vendemos. Tratamos a Dios como mercancía que se nos puede entregar o negar, para alegría o ira nuestra.  Así, bajo tales condiciones, hablamos y discutimos de Dios, de la Sabiduría, y sacamos conocimientos antiguos de civilizaciones oscuras pero de gran saber, y pintamos cuan sabelotodo ante los que menos saben… Mientras que el Dios Elohim nos espera en nuestra libertad, porque Dios no posesiona, y nos acoge por Opción y por Alianza.  Y en la Opción y en la Alianza con este Dios Bueno y Superior debemos abandonar la mentalidad de mercader, y de la negociación, del comprar dádivas y vender sacrificios y ofrendas.

El Dios Elohim nos conduce a la categoría de ‘Hijos de Dios’ y desde tal plano nos eleva a la calidad de sus Agentes.

No todo lo que brilla en los cielos, y muestra poder y saber, control y artes desconocidas proviene del Bien. El Mal y sus señores del cosmos pueden aparentar divinidad y poder para posesionar, controlar y finalmente alimentarse de sus parias. Dios Elohim, en cambio, nunca posesiona, y siempre aceptará nuestra entrega si ésta es real, consciente y por opción. Los dioses del cosmos no piden superación, ni transcendencia, y dicen que aman y aceptan al hombre como es; Dios Elohim, en cambio, propone luchar en contra de la condición carnal para vivir la plenitud del Ser Espiritual, y eso significa esmerarse por una mutación de nuestra condición terrena, temporal y ligada a los sentidos más básicos.  Parece un camino más difícil;  el otro siempre parece fácil: pero este camino difícil nos lleva a la libertad y la vida eterna, mientras que el falso camino fácil nos hunde en los torbellinos del alma, nos hace parias y esclavos y alimento para los  oscuros seres del cosmos.

Tengamos presente esta realidad, porque muchas cosas que suceden y sucederán hallarán explicación en esta verdad innegable que un día tendremos encima de nuestros ojos y oídos, sentidos y constatación… pero entonces será demasiado tarde.

´Mejor un día de león y salir victoriosos por siempre, que cien días de ratón y culminar en las fauces del felino’

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *