Identidad y Pertenencia Espiritual

El papa Francisco afirmó  que es «absurdo pretender vivir con Jesús, pero sin la Iglesia, amar a Jesús sin la Iglesia y que no se puede creer en Jesús sin la Iglesia» y advirtió que ésta no debe seguir el camino de la mundanidad.
El pontífice hizo estas manifestaciones durante la misa que ofició en la capilla Paulina, del Vaticano, con motivo de la festividad de San Jorge….  .
El Obispo de Roma aseguró que la identidad cristiana «no es un documento de identidad», sino que la identidad es «pertenecer a la Iglesia». «Encontrar a Jesús fuera de la Iglesia no es posible. El gran Pablo VI decía que es una dicotomía absurda querer vivir con Jesús sin la Iglesia, seguir a Jesús fuera de la Iglesia, amar a Jesús sin la Iglesia” – afirmó.
Francisco añadió que la Iglesia «que nos da Jesús, nos da por su parte la identidad, que no es sólo un sello, sino una pertenencia».

«La Iglesia siempre camina entre la Cruz y la Resurrección, entre las persecuciones y el consuelo del Señor. Ese es el camino y que camina por él nunca se equivoca» – aseguró.
El pontífice argentino exhortó a los fieles a caminar todos juntos, «llevando el nombre de Jesús en el seno de la Santa Madre Iglesia, jerárquica y católica, como decía san Ignacio de Loyola».


Identidad y Pertenencia Espiritual

 

La Identidad de quién opta por Cristo Dios se encuentra en su Espiritualidad, en su Vida en el Espíritu. Al Orar al Padre que Es Espíritu, y poner por práctica de vida la enseñanza de los Evangelios, aplicando la coherencia moral estricta según las virtudes y condiciones que CristoJesús nos transmite cuan Ley de Consagración en el Sermón del Monte, por ejemplo,  emprendemos la identificación del Nuevo Ser que se relaciona con Cristo y por acción santa del Espíritu Santo va estableciendo Su Pertenencia al Reino de Dios.

Si Cristo es Dios, que encarnó en Jesús para pasar por la amarga copa del pago de la deuda Cainita, pero es Dios Vivo que no se queda en el pago de la deuda sino que muestra la Ley de Resurrección para que todo Ser desde los Hechos de Salvación puede alcanzar el Reino de los Cielos, y ser medido según sus obras… entonces es imposible, inadmisible, insostenible creer y afirmar que este Dios de Amor se quede estancado y nos llame a permanecer como encarcelados entre la cruz romana y su acto de Resurrección. Es, por lo menos, una visión infernal que nos encadena y no nos libera.

Cristo es la Identidad, porque Él es Dios Vivo, y la Pertenencia del Hombre se halla sujeta a un propósito declarado por CristoJesús: ‘nadie que no ponga por obra el designio del Padre que está en los Cielos  entrará al Reino’. La Obediencia al Designio del Padre…al cual se llega solamente por la Relación con Cristo… es la Pertenencia que permite al Hombre trascender y alcanzar la superioridad extraviada y que el Plan de Salvación pretende restaurar.

Es cierto, el Sacerdocio, no la iglesia como ente de Identidad y de Pertenencia, sino el ejercicio del Sacerdocio Nuevo que se sella en el Bautismo en Conciencia, por Agua y por Fuego (Espíritu Santo) es aquello que va conformando la Identidad del varón y de la mujer con su calidad de Discípulo-a y Consagrado-a de una realidad espiritual transmisible y posible de sembrar en la fe de otros. Y es el Ejercicio del Nuevo Sacerdocio bajo la Ley de CristoJesús el elemento santo que fija, por COHERENCIA y práctica de vida, la Pertenencia a un Reino que no es de este Mundo.

La mundanidad no es posible en la fe, en la práctica del Sacerdocio Nuevo, en la aplicación coherente de los Evangelios sin otra tutela que la propia Conciencia puesta a juicio cada día en la relación con el Cristo Vivo.  Los hechos muestran con exagerada majadería  y exceso de pruebas históricas y hechos recientes que justamente es en ‘La Iglesia’ en donde la corrupción, la vanidad, el egocentrismo,  y la lucha de poder mundana y sus formas orgánicas similares a la política más rancia,  son una realidad axiomática, manifiesta  y evidente.

Para colocar a la ‘iglesia’ (no solo católica, sino cuan única forma posible de practicar la fe) en una situación privilegiada de herencia directa de Jesús, es menester esconder al Cristo Dios, negar u omitir la Salvación en los Hechos de los Tres Días, callar los eventos de los 40 días posteriores, y minimizar hasta la deformación el rol portentoso y liberador de la verdadera Madre Espiritual: el Espíritu Santo. La operación es dejar a Jesús vagando perdido entre la cruz romana y la Resurrección, en modo que todos nos quedemos presos y prontos para ser socorridos por la curia o los pastores que han recibido una supuesta herencia angelical  que les coloca cuan única posible autoridad de lo celestial en la Tierra. Si eso no es demoníaco… ¿Cómo actuaría y haría el Anti Cristo?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *