RAZONEMOS: ¿Quién perdió el eslabón?

Desde siempre el Hombre ha tratado de develar su origen. Diferentes corrientes han surgido para dar respuesta a esta interrogante, las que han ido transformándose y complementándose, acorde al desarrollo de la ciencia, investigaciones, hallazgos y revelaciones. Sin embargo a pesar de numerosas teorías y disciplinas destinadas a lograr esta respuesta, hay dos grandes corrientes en las que se pueden enmarcar: la Creacionista y la Evolucionista.

Si el Hombre fue creado por Dios, o si evolucionó a partir de un organismo unicelular, no es un debate nuevo en el mundo. Hemos sido testigos de grandes discusiones, como por ejemplo la postura abierta sobre el Creacionismo del presidente Bush en el año 2009, a propósito del bicentenario del nacimiento de Darwin. El debate, en este caso, se llevó al ámbito de la educación para decidir acerca de cómo debe enseñarse la evolución en las escuelas públicas norteamericanas. De este modo, en Estados Unidos a lo largo del siglo XX, los opositores a la teoría de la evolución –muchos de ellos cristianos conservadores- han intentado eliminar la enseñanza de la teoría de Darwin de los colegios, o al menos exigir que en las escuelas públicas también se entregue la versión de la Creación que aparece en el Génesis.

Actualmente el mundo científico está de acuerdo que todos los organismos existentes comparten ciertas características, incluyendo la estructura celular y el código genético, las que estarían relacionadas con el origen de la vida. Más, no se han podido comprobar aún las etapas más tempranas y previas al desarrollo de la vida, teniendo en el comportamiento de las Macromoléculas (ADN, ARN) y la bioquímica una base de insospechada develación.

La Postura Evolucionista sugiere que todos los organismos que viven en la Tierra descienden de un ancestro común. Las especies actuales estaríamos insertas en un particular estado dentro del proceso evolutivo, y su riqueza sería producto de una larga serie de eventos de especiación y de extinción, acorde a las capacidades de adaptación de los organismos al ambiente. Siendo esta postura razonable, cuyo origen se rehace a Darwin, 1859, nunca ha explicado el origen del Hombre, sino su cambio evolutivo. Posteriores descubrimientos de la genética de Mendel sustentaron científicamente las mutaciones y explicaron la variación de las especies. En la década de 1940 lograron identificar de forma definitiva al ADN como el responsable de la transmisión de la información genética.

A pesar de la controversia de no ser una teoría que explique el origen del Hombre, se han seguido acomodando los hallazgos científicos a su sostenimiento, aplicando la genética molecular a la posibilidad de datar el momento de la divergencia de las especies. Así, se ha sostenido que las líneas evolutivas de los seres humanos y de los chimpancés se separaron entre 5 y 7 millones de años atrás. Según esto, a partir de esta separación, la estirpe humana siguió ramificándose y originando nuevas especies, todas extintas actualmente, a excepción del Homo Sapiens. Algunos datos de genética molecular, concordantes con hallazgos paleontológicos, sostienen que todos los seres humanos descienden de una misma «Eva» mitocondrial. Esto implicaría que toda la humanidad actual tiene una antecesora común que habría vivido en el noreste de África entre 140.000 y 200.000 años atrás. Pero la diversidad de los genes compartidos entre humanos y chimpancés no podría haberse trasmitido de especie a especie si hubiese existido sólo un humano originario. Aún no logran armar el puzzle.

En esta línea de investigación y necesidad de respuestas, encontrar el eslabón perdido, el hipotético espécimen que uniría a los humanos actuales con sus antepasados simios, sigue siendo el desafío de muchos que sostienen la corriente Evolucionista.

Desde mediados del 1800, los medios de comunicación vienen anunciando el encuentro del eslabón perdido en cada descubrimiento de homínido fósil. El último hallazgo fósil, una hembra que tendría ciertas similitudes con un lemur, descubierto en la década de los 80 en Alemania, tiene una data de unos 47 millones de años. Para quienes sostienen esta teoría, éste podría representar la pieza clave que faltaba, siendo considerado por sus características como un paso intermedio entre los primates y los humanos. Muchos científicos han solicitado la posibilidad de acceder al animal para su estudio, y otros lo han nominado como “la octava maravilla” o “un sueño hecho realidad”. Los más osados consideran que se ha completado la búsqueda de una conexión directa entre los humanos y el resto del reino animal, y sostienen: «Ahora la gente puede decir que somos primates, que el nexo que estaba perdido ya no lo está más».

En el otro polo, la biología Creacionista sostiene que la vida no se originó espontáneamente, que ha sido inteligentemente diseñada y que toda la vida en la tierra no está emparentada, sino que corresponde a creaciones separadas. Los Creacionistas bíblicos sostienen que la Creación es mano divina, que el primer hombre fue Un Adán, y coinciden con la existencia del Edén, del Diluvio y de Noé, derivando su información sobre todo del libro del Génesis, de libros apócrifos de Jubileos, de Enoc y del Corán.

¿Cuál es el punto de reflexión que nos ocupa?

La verdad del relato común de los escritos sagrados no entrega aparente explicación sobre la evolución del Hombre. Centrar los orígenes en Un Adán y Una Eva, quienes tuvieron sólo dos hijos Hombres, se ha aceptado como dogma irrefutable y ha servido para perpetuar la más ilustre de las mentiras: la prolongación del “Pecado Original” cuan mácula con la que nacemos. El Hombre no pregunta, no se cuestiona, o cuando lo hace no obtiene las respuestas necesarias, porque quienes lo conducen omiten, callan, reservan y resguardan una verdad que permitiría poner el énfasis hacia adelante, hacia el propósito de Dios para con el Hombre. En vez de de eso, gasta esfuerzos de todo tipo y aúna a muchos en la búsqueda de un inexistente eslabón, pues no existe tal en el desarrollo del Hombre como estirpe.

¿Quién realmente perdió el eslabón?… El Hombre que no logra la unidad a su Creador. Nuestro eslabón es el Espíritu, aquella porción perfecta que nos iguala al Creador porque constituye Su imagen y semejanza, y que al ser recuperado y reinstaurado en el Hombre por los Grandes Hechos conducidos y ejecutados por JesúsCristo en Su Primera Venida a este mundo… nos permite hacer el Camino de retorno al Padre. Este Plan original aún está vigente, porque Él en su gran Amor ha dispuesto variadas ‘intervenciones’ destinadas al retorno de los suyos a su condición original, desde el Principio, a pesar de que el Hombre no las comprende y no las logra concebir en su majestuosidad y magnificencia, porque no entra en la verdadera dimensión del Reino… el Espíritu.

Así, el Reino de los Cielos nos revela ésta Verdad, maravillosa y amplia, cuyos contenidos son la certeza más profunda del Amor de Dios en Su Creación:

  • Esta Tierra no fue creada como Plan Original de Creación, sino como mundo de materia donde fueron relegadas las huestes rebeldes.
  • Con el nefasto hecho de la rebelión y la degeneración de la legión Celestial de los verdaderos dioses en su poder y belleza, muchos mundos quedaron bajo la influencia de la tentación luciferina.
  • Apartados cuatro mundos Adámicos –Blanco, Negro, Rojo y Amarillo-, fueron destinados a la Tierra para su elevación.
  • El Reino intervino nuestra Tierra, por Plan de Salvación, exterminando la vida que existía en ese instante.
  • Preparada la Tierra, puso edenes –espacios de luz, umbrales- donde descendieron los Adanes y las Evas… no uno, sino una estirpe pura e inocente… muchos Adanes y Evas, cuya Misión original fue abortada por la intervención del mal.
  • Esta misión (plan de Dios) tuvo varios reveses, debido a que los demonios lograban ganar con la tentación y los deseos a los jefes de las tribus adámicas principales; las mujeres terrenales eran atraídas por la pasión de los demonios, y los adanes se unían a ellas y parían hijos rebeldes y criminales.

Además de criaturas gigantes, existía en la Tierra un tipo de Hombre inferior, no precisamente creación Divina, con cuyas mujeres se mezclaron los Adanes, perdiendo la condición original, y adquiriendo la calidad “humana” y mortal. Este Pecado Original, que el Hombre como generación llevó sobre sus hombros hasta la encarnación del Verbo de Dios, Cristo, fue resuelto por Él, quien en su obediencia, magnificencia, majestuosidad y perfección, permitió recuperar la original esencia espiritual, poniendo la mirada hacia lo Superior… de retorno al Padre.

Provenimos de un origen Divino, por lo tanto, de una creación perfecta que no requiere una supuesta evolución. Los Adanes y las Evas fueron creación perfecta… no primates.  En la materia siempre hemos sido como lo somos hoy. El cuerpo del Hombre cumple sólo un propósito temporal: contener al espíritu cuan esencia de vida, porque los propósitos de Dios en el Hombre son de trascendencia a partir de su espíritu y no de su cuerpo. Podemos caminar por éste mundo concientes de nuestro entorno, pero somos “muertos” si no tomamos conciencia de la verdad del espíritu que nos vive.

Caímos en los inicios, pero el Padre en Su Amor ha dispuesto innumerables cambios dentro de Su Plan para retorno del Hombre, en la conciencia del espíritu que le vive, hacia Su Seno Sagrado. En nuestra vida somos instados y conducidos para descubrir esta divinidad y ascender. Al alcanzar el objetivo propuesto en el Plan de Dios, se logra un hecho cuántico maravilloso: el Salto a la Luz., el nacimiento de un dios. “Dioses sois”, nos dijo JesúsCristo hace más de dos mil años.

¿Seguirá aún así el Hombre buscando un origen que en nada explicará su trascendencia y salto espiritual?

Las siguientes imágenes son una invitación a la investigación y profunda reflexión:

Las huellas del río paluxy: son dos filas de huellas, humanas y otras de dinosaurios.

Empero la repercusión mediática generada en su momento por los fósiles de Utah, Nevada, Bolivia y Texas (donde pisadas humanas y reptilianas parecen correr a la par), no existe en la actualidad hipótesis alguna seriamente considerada por la comunidad científica para explicar posibles asentamientos humanos previos a los escasos tres millones de años que se le atribuyen al hombre moderno.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                .

En 1968, un mineralogista aficionado, W.J. Meister, que buscaba fósiles de trilobites y braquiópodos, en Antelope Spring ( Utah ), al romper una roca, encontró con gran sorpresa, algo que se parecía a la huella de un zapato. Sobre esta huella aparece un trilobite aplastado.

Trilobites son pequeños invertebrados marinos, que existieron en la Tierra a partir de hace 600 millones a 280 millones de años atrás, cuando llegaron a la extinción.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      .

No obstante, el hallazgo de una huella humana en las cercanías del lago Titicaca, Bolivia, producido por un grupo de investigadores locales en mayo del 2008, no encuentra todavía lugar dentro del confuso puzzle construido por los estudiosos sobre la llegada del hombre al continente. Se trata de una huella en un roca arenisca de un pie izquierdo de 29,5 centímetros, que habría correspondido a un humano de 1,70 metros de altura, con un peso de 70 kilos, que caminaba erguido. Los investigadores deducen que esa huella humana es la más antigua del mundo porque se encuentra en una roca de la edad terciaria, época del mioceno (de 23 a 6 millones de años). La huella “tendría una antigüedad entre 5 y 15 millones”, lo que probaría “la existencia de una anterior humanidad” a la actual, a la que se atribuyen como unos dos millones de antigüedad.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       .

Este fósil, que muestra con exactitud la impresión de una mano humana, muestra un increíble detalle: tiene incluso la marca de una uña. Fue hallado en las piedras calizas de Glen Rose, en Texas, EEUU, y se supone que tiene unos 110 millones de años, o sea que fue dejada en la era de los dinosaurios. Huellas de hombres en el Cretáceo, en las mismas calizas donde se dice haber hallado la huella de esta mano, aparecen huellas que parecen ser humanas, sólo que de gran tamaño (pies de 38 cm de longitud y una separación de huellas que indicarían hombres de más de 2,5 m de altura). Se les llama “The Glen Rose Tracks”. Aparentemente, en el mismo lugar habría huellas de saurópodos (grandes herbíboros) y de dinosaurios carnívoros, e incluso la huellas aparentemente humanas estarían en estratos inferiores (más antiguos, por consiguiente) a los de las huellas de dinosaurios.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             .

Dedo humano fosilizado, este fósil, identificado como DM93-083, pertenece a una colección personal y fue hallado en la Isla Axel Heiberg, en el ártico Canadiense. Está datado en unos 100 a 110 millones de años atrás, época que corresponde al Cretáceo. Debajo de la foto se ve una imagen radiográfica, en la que se observan los huesos, que al tener menor densidad que la parte del petrificada del exterior se ven en tono mucho más oscuro.

Numerosos hallazgos de algunos objetos en determinados yacimientos mineros y/o arqueológicos, que dan fechas anteriores a la «aceptada» aparición del ser humano en la Tierra, han sido tomados con liviandad, sin la esperada dedicación a su investigación y divulgación.  Y no solamente algunos objetos datan en fechas anteriores a la aparición del ser humano, que ya es inexplicable con los conocimientos científicos actuales, sino que a veces son objetos demasiado evolucionados tecnológicamente. Hay censados unos 4.000 objetos que no deberían existir, que contradicen cuanto se ha dicho y escrito sobre la Historia de la Humanidad, y que tiran por tierra los dogmas científicos e históricos.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            .

La esfera negra de Ucrania es posiblemente uno de los objetos más inquietantes de entre todos aquellos catalogados como Ooparts. ¿Una fuente agotada de energía de procedencia extraterrestre? ¿Un artefacto de antimateria para fines desconocidos? ¿Un aparato para comunicaciones extrasensoriales del pasado?… Las teorías que se plantean son muchas y diversas ante esta pequeña esfera de colores negruzcos  que fue encontrada en una mina de arcilla, en el año 1975, en las solitarias y frías tierras de Ucrania. Las esferas metálicas fueron halladas en forma paulatina por mineros que trabajaban sobre estratos precámbricos de 2.800 millones de años de antigüedad.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   .

La Fuente Magna, encontrada en Bolivia. Denominada como la “piedra roseta de las américas”, esta fuente encontrada muy cerca de las orillas del lago Titicaca y considerada inicialmente como una burda falsificación, ha atraido cada vez más la atención de distintos investigadores que en gran número, han defendido su autenticidad. La clave para la polémica estriba principalmente en la presencia de escritos en dos lenguas que absolutamente nada tienen que ver con el punto geográfico de su localización, como son la escritura cuneiforme sumeria y la semítica. Del mismo modo tanto los grabados como el estilo que acompañan a los textos estan en perfecta consonancia con las tradiciones mesopotámicas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               .

El martillo de Texas. Martillo de hierro con mango de madera encontrado en un estrato geológico del cretacico bajo (140 millones de años) en el año 1.936 en Texas (U.S.A.).

Parte del mango de madera se ha convertido en carbón debido a la presión y a la temperatura alcanzados bajo tierra.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      .                                                                                                                                                                                                                                            .

Las calaveras de cristal mayas. En el año 1924, descubren una calavera de cristal de roca en las ruinas de un templo de la ciudad Maya “de las piedras caídas” en Lubaantún, en Belice.

Excepto la ausencia de suturas craneanas, es una reproducción casi perfecta de una supuesta calavera de mujer. Pesa 5 kilos. Se compone de dos partes, con la mandíbula inferior ajustándose perfectamente con la parte superior.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                .

Al cabo de 6 meses, las conclusiones a las que se llega son:

  • Está hecha con cuarzo natural sumamente puro, de dióxido de silicio “piezoeléctrico” anisótropo.
  • Las dos partes están talladas en el mismo bloque de cristal de roca.
  • Ninguna huella de instrumento, ni siquiera rastro microscópico.
  • Sin señal de fabricación, resulta imposible fecharla ( el cristal no envejece ).
  • Con una tecnología moderna con diamante haría falta un año de trabajo para conseguir el aspecto exterior ( con huellas de fabricación, lo que no lleva la calavera); en cuanto a los efectos prismáticos, su reproductibilidad resulta aún más dificultosa.
  • La fabricación manual hubiera necesitado 300 años de una labor contínua.

(Fuente: archivos ooparts).

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