La Ley de Cristo. Elementos para la INVESTIGACIÓN
«¿De qué sirve una Escritura si no la convierte el Hombre en Camino de Vida y en Coherencia en su modo de pasar por esta existencia? Si la palabra queda escrita sin Espíritu que la haga realidad, entonces es palabra muerta; la palabra Vive cuando su verdad se hace verdad en el Hombre que la escruta, y éste la pone por Obra sin pretensión efímera, sino por acto de simple congruencia y sensatez» –Sabiduría-
Los Evangelios conocidos, en variadas versiones que se pueden comparar (recomendamos versión de la Biblia de Jerusalén) nos muestran toda la esencia del cambio que Cristo nos revela y entrega cuan Plan de Salvación que debemos aplicar en Coherencia. Hemos comprobado que: o se tiene un conocimiento formal, superficial, de esta herencia escrita; o se espera a la interpretación teórica o teológica del especialista; o no se lleva su contenido a la propia vida, al propio modo de Ser y de Hacer y se circunscribe su texto a una costumbre religiosa abstracta y exenta de aplicación real; o simplemente se ignora por completo debido a las reticencias provocadas por el rechazo a las iglesias y sus pecados.
La mayor confusión, y vaciamiento, lo provocan las reiteraciones y repeticiones de pasajes que conforman liturgias y cultos cuyo fondo y raíz se extravían en el cansancio de una palabra que pierde sentido y queda sujeta a la interpretación o a la simple ‘escucha’ del creyente. Sin embargo, es la combinación abusiva y especulativa de los Evangelios entrelazados con los contenidos del ‘Antiguo Testamento’ (en una paridad jurídica y de fe que rompe con la enseñanza de Cristo) lo que más enreda, enmaraña y finalmente desvirtúa la Nueva Ley que nos rige – y que en definitiva nos hace Discípulos del Cristo Vivo- y tal desmedro y entramado de Dos Leyes unificadas por intelecto humano conlleva a que el mandato de Cristo en Jesús se relativice, se esfume y quede en manos de ‘pastores’ que arrean ‘ovejas’ liadas bajo una falsa obediencia. Porque la confusión de Dos marcos Jurídicos y de Dos Tiempos Espirituales comporta una ‘obediencia’ adormecida que no fomenta Conciencia ni Sabiduría. (La obediencia es y debe ser Consciente, Asumida y con una Base de Fe activa y bien discernida).
La Nueva Ley es el cierre definitorio y bien definido de la Antigua Ley. No es negación, sino Definición. Y para entender la Nueva Ley se debe asumir que Cristo es Dios, el Verbo, y que el Padre que Él revela no es el padre de los antiguos sacerdotes, sino el Padre que Él solamente conoce y Él solamente puede develar, y al cual Él solo puede Conducir. La Nueva Ley establece la superación del templo de piedras y la condición del Nuevo Templo que el Cristo Victorioso alza en los Tres Días de su descenso a los abismos, y que nos hereda con su magna victoria sobre los poderes tenebroso que controlaban los umbrales de la muerte. La Nueva Ley establece el rol y Poder del Espíritu Santo: un Poder Santo que no solamente es blasfemia desconocer sino que es pecado indeleble confundir con otros poderes que no sean santos ni de su Maternal Magisterio. La Nueva ley impulsa la gobernabilidad del Espíritu en el Hombre, y por ende la libertad de relacionarse con el Reino de Dios por Espíritu y en cualquier lugar sin necesidad de condiciones particulares de tipo mundano o formal. La Nueva Ley establece un Nuevo tipo de Sacerdocio: desde el bautismo en Conciencia hasta poner por obra el designio del Padre.
En mucho la Nueva Ley cambia preceptos morales fundamentales que eran base y sustento en la Ley Antigua: la guerra, la venganza, el castigo…son revolucionados con la Paz, la Misericordia en la Justicia y el Perdón. La riqueza material y el ‘derecho a poseer poder’ a según de los Bienes, es transformada por el derecho a ser libres de toda posesión, y a renunciar a la dependencia de la riqueza mundana. Y Cristo establece que el Mundo es un sistema cainita perverso que perseguirá al verdadero Discípulo de la Nueva Ley: entiende ‘el Mundo’ como aquel poder de violencia y de acumulación de Bienes que esclaviza al Hombre y lo aleja de Dios.
Leer los Evangelios, Hechos de los Apóstoles, las cartas de Pablo y Apocalipsis bajo la clave de la Nueva Ley que debemos aplicar, que es menester asumir cuan modo de vida y de vivir la Fe, como un acto de Coherencia y de Congruencia, y sobre todo como Revelación sobre la Calidad Divina del Cristo en Jesús, y de Cristo cuan Verbo del Padre desde siempre… puede resultar una epifanía personal inesperada que nos ilumina el Alma, nos amplia la mente y nos remece el Espíritu. Y para eso debemos zafarnos de la idea cultural de que estamos ante un canon eclesiástico, y que acudir a esta Escritura equivale a ‘convertirse en seguidor de alguna iglesia’. Debemos colocarnos ante Dios con inocencia, y no sentirnos aprisionados por las categorías del Mundo.
No consideramos ‘La Biblia’ como una Ley única, sino como Dos Leyes: una antigua que ya fue sancionada en su Definición por el desarrollo de una Nueva Ley Viva y Vigente: el Cristo Dios. La imposición eclesiástica de ‘La Biblia’ cuan ‘cuerpo único de una ley única’ posee razones históricas y persigue objetivos contrarios a la santidad (entendiéndose como ‘hacer la voluntad de Dios por opción y por fe) y a la libertad de Consciencia (entendiendo ésta cuan Certeza Espiritual) . Debemos Investigar la escritura Hebrea contenida en ‘El Antiguo Testamento’ yendo a la fuente de los autores Hebreos, a su historia y a su desarrollo variado y no unánime como se nos quiere hacer creer. Tratándose de una base de fe Hebrea, es lógico que debamos indagar la fundamenta Hebrea de esa Fe y de esa creencia. No puede ser de otro modo. Si intentáramos entender un canon chino con nuestra historia, cultura y creencias…seguramente terminaremos por degenerar el origen de tal escrito e interpretarlo de un modo alejado de su raíz y razón. Solo si contextualizamos el ‘Antiguo Testamento’ en su realidad y base original es que accederemos a la esencia de la Antigua Ley y su andamiaje jurídico. Si así procedemos, entonces entenderemos aquello que Cristo en Jesús dice, explica y señala sobre su relación con las antiguas escrituras, su rol, y su calidad…incluso en aquellas Escrituras. Entonces se entenderá lo vital de su sentencia: ‘no he venido a cambiar una coma de la antigua ley escrita, sino que la he venido a Definir…’ Y la Definición de una Ley cierra lo que postula y aterriza lo que anuncia…y abre una etapa nueva que se rige por una Ley Nueva que no desmiente la anterior, sino que la define, y por ende…la supera. Pero es sobre todo en su Cuerpo Moral en donde ambas leyes no son compatibles: venganza y violencia en contra de Paz y Misericordia, de perdón y no enjuiciamiento. El Investigador podrá hallar una lista importante de cambios que introduce Cristo y que no permiten regirse por Dos Cuerpos Jurídicos y de Fe, sino que nos obliga a entender Lo Anterior para saber aplicar Lo Nuevo.
Cristo es la Nueva Ley
La esencia de los Evangelios sinópticos y la Ley de Cristo expresada incluso en Testimonios no incluidos entre los cánones eclesiásticos tradicionales, pueden resumirse en hitos de Virtud sustanciales:
1) El amor: ‘ámense los unos a los otros como el Padre os ama’
2) El perdón: ‘perdonarás a quién te ofende siete veces setenta si es necesario’
3) El arrepentimiento: ‘si tu hermano se arrepiente, perdónalo…’ ‘arrepiéntete y serás perdonado’ ‘porque te has arrepentido Yo te perdono’
4) La paz: ‘bendito los hacedores de Paz, porque de ellos es el reino de Dios en la Tierra’
5) La misericordia: ‘no odien a quienes les ofenden; oren por sus almas, y sean generosos como el Padre es generoso’
6) La justicia: ‘se les enseñó: ‘ojo por ojo y diente por diente’, y ahora les digo que si os golpearan en una mejilla, pues colocad la otra como señal de humildad’
7) La comunidad: ‘allí en donde dos o más invocan Mi Nombre con fe, les prometo que Mi Padre y yo estaremos en medio de ustedes…’
8) La verdad: `La Verdad os hará libres’
En base a estas Virtudes que todo discípulo de Cristo debe Discernir, aplicar y hacer propia en su vida, con coherencia y sin dobleces hipócritas, el Cristo Vivo establece el Camino Espiritual que debe cimentarse en la existencia de Fe del Seguidor de la Nueva Ley Cristica:
1) Orar al Padre En espíritu porque Él Es Espíritu
2) No Orar como los hipócritas
3) No juzgar: ‘no juzguen y no se les enjuiciará’ ´con la vara que midas serás medido’
4) No depender del dinero
5) Estar en el Mundo sin Ser del Mundo
6) No adulterar ni dañar a los niños
7) No Jurar
8) No Blasfemar en contra del Espíritu Santo
El Plan en el cual esta Coherencia nos inserta, y que define el tipo de acción, de ejercicio sacerdotal, de Consagración:
1) Bautizarse y Bautizar
2) Sembrar la Paz
3) No tener enemigos entre los Hombres
4) Identificar al Enemigo Espiritual: ‘Belcebú es vuestro padre’ (Jesús a los Fariseos) ‘Y vino el demonio a tentar a Jesús en el desierto’
5) Asumir la Nueva Ley no como negación de la Antigua, sino como Definición y Cumplimiento
6) Hacer Bien sin esperar reconocimiento del Mundo.
7) Prepararse y estar dispuesto a sufrir persecución del Mundo por la fe en Cristo
8) No esconderse, no aislarse, no apagar la luz de Cristo: expandirla, mostrarla y mostrarse
Esta Acción de Coherencia se basa en la realidad divina de Cristo, y es Ley porque Cristo es Dios, no una maestría del Mundo o un profeta más de Israel…sino Dios Salvador de los Hombres:
1) El Verbo: (Inicio de Testimonio de Juan)
2) El Mesías
3) El Salvador
4) El Conductor
5) El Gobernante: (Apocalipsis)
6) El Elohim Mayor: (Apocalipsis)
7) El Nuevo Templo: (En tres Días alzaré el Nuevo Templo)
8) El Qué Vendrá al Final de los Tiempos: ‘cuando vean la nube…’
Cumplir con los Objetivos del Plan bajo la Nueva Ley de Cristo:
1) Consagrarse y ejercer Nuevo Sacerdocio (Pablo) ‘Id y bautizad, y proclamen la Nueva Ley’
2) Desatar el Pecado y librar al Hombre: ‘con Cristo el Hombre ya no nace en pecado, sino que se hace a éste’ (Pablo)
3) Vencer la tentación del mal
4) Actuar por Espíritu y por Espíritu Santo
5) Renunciar al Mundo
6) No hacer ni proceder como los Fariseos (Hipocresía; formalidad; institucionalidad)
7) Ser dignos Discípulos y no caer de la Fe
8) Hacer la Voluntad del Padre, y no elegir la propia tarea: ‘Muchos vendrán alegando derechos…’señor, en tu nombre…’ y Yo les diré ¡Atrás hacedores de maldad! Nadie que no ponga la Obra del Padre que está en los Cielos podrá entrar al Reino de Dios’
Todos estos elementos se hallan y están expuestos en los Evangelios. El Investigador debe ahora hacerse a la tarea de leer con quietud y paz e ir identificando estos títulos, aquí resumidos y enlistados, en modo de descubrir personalmente la esencia completa y profunda de la Nueva ley que nos rige y que nos insta a Ser y a Hacer de un modo coherente. Si el Investigador toma aquello que presentamos como encabezamiento de lo principal y esencial de la Ley de Cristo, y lo identificando a lo largo de su lectura indagatoria, entonces descubrirá que, por ejemplo, hay un Mandato expreso sobre el daño a los niños que Cristo en Jesús dejó bien asentado en su Autoridad; que hay un cuidado particular en y con las mujeres, y que dio a éstas roles que incluso las proyectan a futuro, como el caso de Miriam cuando ésta lava los pies al mesías con su cabello, o el papel fundamental de Magdalena en los inicios de la nueva etapa después del período de Jesús y la Presencia divina del Cristo Victorioso.
La reiteración sobre el dinero, la relación del rico y la salvación, el poder del Mundo y la formalidad de los Fariseos deben sonarnos actuales y cuan dura advertencia de tener en consideración hoy, ante la realidad de quienes proclaman a Jesús sin el Cristo, y usan los Evangelios para propias interpretaciones fraudulentas.
Creemos en la Investigación como un modo de adquirir una base de Conciencia que libere al creyente de la pesada carga cultural que obnubila la realidad divina del Cristo Vivo.
(Ayuda para Investigar la Ley de Cristo; a cargo del Sacerdocio bajo la Ley de Cristo)