– Sobre esta contextura solida y bien fundamentada es que basamos nuestra propuesta: desde lo que somos y vivimos…para que todos Seamos lo que Dios Llama, y vivamos de acuerdo al Tiempo que nos toca actuar –
Si tal es la realidad… ¿Qué hacer?
-Si el Reino de Dios no es de este Mundo… entonces el dios de este Mundo no es ‘Dios’ ¿Y qué haremos los Hombres?-Que la tecnología no nos lleve a engaños: seguimos siendo los mismos humanos que hace cien, doscientos o dos mil años. Nuestro conflicto hoy no dice relación con la posibilidad de bienes materiales, o de aparatos que nos deslumbran, o de la globalización económica… ni siquiera con la crisis climática; porque todo aquello son efectos y no Causas.
La mayor ilusión es aquella de creer que como individuos tenemos posibilidades ilimitadas en la vida, o que nuestra libertad nos concede incluso armar o desarmar dioses. De esta prepotencia mental provienen las exigencias y auto- exacciones que nos van construyendo cuan seres egoístas, ególatras, cuyos propósitos sublimes son siempre satisfacer aspectos efímeros, deseos insustanciales y empecinamientos siempre pasajeros; la obcecación que provoca el Deseo – y la Necesidad- hace que esta quimera – liviana hasta la necedad – se viva como las más enorme meta a lograr, y el sueño que por fin nos hará feliz el alma. La exacerbada sobre nutrición intelectual es otro modo de alzar la ‘segura’ personalidad, en apariencia poderosa por su saber y títulos a exhibir, y con ello trepar cuan hiedra por los grandes muros mundanos.
El Hombre de este mundo se ha medido por las ‘cosas’ y lo material desde hace tiempo ya: dejar una obra, una pirámide, un edificado, un libro…algo concreto, que se toque, que se vea, que perdure, que marque a otras generaciones. De algún modo todo ser humano busca inconscientemente la permanencia, incluso delegando en los hijos la propia frustración o las malas consecuencias de su acción; o aspirando a que los herederos sean mejores que su persona. Hay en el humano una necesidad de burlar a la muerte trasmigrando de algún modo en cosas, en actos, en ideas, o en otras personas.
Las religiones intentan ir adecuándose de algún modo a la búsqueda de permanencia que el Hombre va creando en su andar, pero éstas conservan, o tratan de mantener, intacta su autoridad supra mundana precisamente presentando ante la masa un poder manifestado en ‘cosas’: grandes edificados, riquezas inmobiliarias; alianza con el poder político; red financiera apta para sostener una estructura idónea y concordante con los propósitos de predominancia; curia con presencia extendida y bien inserta en la realidad local ; masividad imprescindible; influencia cultural y administración de la educación; voz y voto en la confección de las leyes seglares… Y tales connotaciones las constatamos en el mundo musulmán, en el cristianismo protestante (sobre todo en Europa), en el cristianismo ortodoxo, en los mormones, en el judaísmo… y sobre todo en el catolicismo.
De este modo la Necesidad y el Deseo del Hombre del mundo pueden conjugarse con una fe relativa, genérica, que halla su pista de aterrizaje en aquella Institución que ofrece al creyente ser parte de esa masividad imprescindible ( cuyos templos ataviados y de muy cara obra son reconstruidos y mantenidos con dinero de los contribuyentes cuando éstos se caen o deterioran); y el feligrés puede ser partícipe de ceremoniales pomposos en donde los creyentes funcionan cuan comparsa en el rol de oveja, de masa, de asamblea no-activa, de redil, de persona que sigue a su pastor, y que se funde en el montón de devotos girando en torno a una piedra, o cantando himnos, o sentándose y parándose en un ritual bien orquestado… Y por medio de este giro temporal el Hombre sale de tales eventos con sus deseos intactos, con sus necesidades al viento… ahora puestas en manos de un dios o santidad que ‘debe’ cumplir con lo solicitado pues de modo contrario el cliente buscará otro templo, otro pastor, otro maestro o Mulá…otra religión. O bien sigue aceptando con sometimiento… y esperanza… el sufrimiento que supuestamente viene de su dios.
La ‘seguridad’ del débil se encona y se hace impertérrita en una ‘pertenencia’ fanática, incondicional e irracional a una religión institucional que no brinda respuestas, pero que al no exigir coherencia y avance espiritual, sino presencia y ofrenda, permite al cómodo creyente hundirse en la húmeda sensación de protección que pudiera brindar también una póliza de seguro…pues se cree que hallándose bajo los aleros de su religión tendrá, por si acaso, un lugarcito en el Cielo…por si éste existiera. Algo así como un seguro de ‘vida’.
Las supuestas ‘grandes causas’ que fueron campanadas de alerta y de guerra en los tiempos de las Cruzadas, o ante los atentados a la fe que significó el paganismo y su ‘respuesta necesaria’: la Inquisición; o las voces que hoy llaman a la ‘guerra santa en contra de los infieles’ desde el mundo musulmán; o la excusa para la segregación palestina bajo la prepotencia Hebrea cuya justificación ellos la rehacen a la Biblia… son todo un elemento psicológico necesario para sostener el hilo histórico de una religión que debe aunar y religar a la masa en torno a sus patrones humanos; en una guerra o en ‘la estrategia de la tensión necesaria’ deben haber raíces que defender, deben existir peligros evidentes de los cuales salvarse, y sobre todo debe existir un enemigo en grado de hacer mucho daño o de exterminar la propia existencia. Estas premisas deben darse, o inventarse, pero conforman la base de todo movimiento de masa dispuesto a morir o sacrificarse por su sagrada ‘causa’. Y finalmente debe levantarse un propósito sublime: la patria, la iglesia, la fe verdadera, la familia, la paz, la democracia, el partido, el reino o el gobierno, la revolución, el socialismo…la libertad. Y en nombre de estos objetivos muchas veces nobles y justos…como la paz, la democracia y la libertad… se levanta la perspectiva de la guerra ‘justa’. (En realidad toda guerra es injusta). Del mismo modo, las grandes religiones han requerido de esta táctica de sobrevivencia, y cada cierto tiempo acuden a esta política de ‘peligro inminente’ para la propia fe que les sirve para unificar filas e eliminar ‘enemigos’. La concepción de la guerra en su sentido de sobre vivencia de Poder es un elemento intrínseco en las religiones con propósitos políticos.
En toda religión con raíces políticas debe existir la ‘estrategia de la tensión necesaria’ como cuerda que nunca debe cortarse: siempre deben haber ‘peligros’ que asechan y que obligan a estar bien unidos y sobre todo obedientes al pastor…como becerros amenazados por jaurías de lobos; pero también, como compensación e incentivo, nunca pueden dejar de existir propósitos asequibles (mandas, confesiones, procesiones, actos) y que la gente deba sentir cuan propio logro por alcanzar y posible de realizar; deben respetarse los rituales como un ‘fin en sí mismo’; las fiestas con imágenes que catalizan la creencia milagrosa son útiles, y mientras más supersticiosa es la gente más fiestas y parafernalias se deben calendarizar.
Escapar a esta política que encarcela al Hombre y que prohíbe de hecho su real espiritualidad pudiere hallar una puerta de evasión en otro individualismo: mi propio dios; todos los dioses posibles; mi libertad para creer o para alzarme como crea y quiera. A siglos de religión política y de cultura religiosa se ha pretendido una fuga hacia adelante rehaciéndose a cuanto maestro exista en los libros, y a cuanta creencia hubo en el pasado, conjugando variedades de divinidades posibles, hasta llegar a declararse dioses por cuenta propia. Y bien es sabido que cuando la crisis se hace carne y sentimiento, pensamiento y teoría, se producen fenómenos sectarios que no conducen a la liberación sino a una nueva sujeción y cadarzo. Los ‘maestros’, chamanes, gurús, y encarnaciones de Jesús, o depositarios de mensajes extra terrestres…o simples oráculos de sí mismo… abundan no porque tengan vida propia, sino porque hay una masa de gente que les sostiene, les busca y los usa para hallar en ellos la necesaria pertenencia que perdieron al abandonar a sus iglesias o culturas predominantes. Pero siguen siendo eclesiásticos, rediles en busca de sus cercos, sus guardianes y sus pastores. Y todo lo que odiaron de su religión lo repiten y calcan en pequeño y en peor, ahora en agrupaciones sectarias que se alzan por encima del bien y del mal… y de los ignorantes seres humanos que quedan fuera de su círculo ‘elegido’. Y este fenómeno no se desarrolla solamente fuera de las grandes religiones: al interno de las mismas corporaciones surgen asociaciones sectarias cuyo único resguardo es la institucionalidad madre que les cobija, pero que a todas luces constituyen una secta sea por su ideología, su liderazgo acérrimo y dictatorial, su incoherencia y sus juegos financieros y de poder que les hace ser un verdadero quiste canceroso colgando de las estructuras que le soportan y toleran.
Las instituciones religiosas entonces encuentran en el peligro de la atomización el argumento para llamar a no extraviarse y volver a la iglesia de siempre…quizás renovada en apariencia, con un lenguaje moderno, con redes sociales y zapatos negros en lugar de rojos, o con orquestas tecnológicas y coros de música actual… mientras que los rebeldes y decepcionados de las religiones tradicionales llaman a no seguir nada parecido a lo que ahora aborrecen. Así, entre los acérrimos patronatos tradicionales y las sectas acérrimas hay una reciproca inter-dependencia y una mutua utilización y utilidad.
De: el endiosamiento a las cosas… a la religiosidad demasiada mundana… hasta el sectarismo que repite lo peor de los malos entendidos de la fe… hallándonos en un tiempo de crisis amplia, profunda y definitiva… ¿Qué hacer?
El Tiempo que vivimos
– Plegar el Tiempo es hallar el Punto de Ruptura que abre las puertas del Cielo–El ‘Tiempo’ no es lineal, y cuando uno muere sucede que esa línea de tiempo que creímos una línea con un inicio en nuestro nacimiento y una meta con nuestra hora de muerte, se dobla, como papel, uniendo el punto de nacimiento con el punto de muerte. El ‘Tiempo’ tiende a juntar los puntos de inicio temporal con el fin del ciclo temporal, conformando un ‘tiempo único’ que resume lo esencial, lo trascendental, lo vital, de nuestra existencia; todo el resto, el día a día, y muchísimos eventos que creímos importantes…se pierden. Solo queda, en este sitio único en donde inicio y final se unen… como hoja que une sus puntas…aquello que Dios designó para nuestra existencia. Esta realidad la constatamos inexorablemente al momento de dejar este cuerpo y este mundo. Pero ya en la Meditación y en la Práctica de Fe podemos verificar esta verdad que nos cambia el sentido de la vida y separa lo vital de lo intrascendente.
El ‘Tiempo’ de 50, 60, 70, 80 0 90 años de existencia humana que creemos una línea que parte en el nacimiento y culmina en la muerte en realidad son ‘HECHOS’ en su mayoría Internos con algunos episodios externos que siempre culminan en el Interior del sujeto. Eso somos. Esa es la vida realmente. Y tal `línea’ de ‘Tiempo’ no existe: solo queda aquello que uno vino a solucionar, vivir, experimentar, superar, pagar, aprender, enseñar…y trascender. O bien lo contrario: recogemos lo que no supimos vivir, ni pudimos solucionar; y nos negamos a experimentar, y nunca superamos y fuimos vencidos; y en lugar de pagar nos endeudamos, y poco aprendimos; y nada enseñamos o enseñamos mal, o todo lo contrario.
¿Para qué sirve la Fe en Dios? Siendo Humanos con racionalidad e inteligencia podríamos vivir bien en este Mundo y hacer un mejor planeta solamente siendo Buenos Humanos coherentes con sus buenas razones de vida. Sin embargo no es así. Somos un complejo Ser que puede hacer tanto daño como Bien; y tenemos una capacidad que no es racional y que no se explica solamente con la inteligencia que nos caracteriza: como es discernir aquello que aún no vemos, ni conocemos ni podemos tocar. No hay otra especie en este planeta que tenga tal capacidad o Don. ¿Es algo que hemos fomentado nosotros mismos gracias a un proceso evolutivo que puede medirse por etapas y tiempos? No. Si fuésemos el producto de la evolución lineal, de acuerdo a nuestro desarrollo bio- genético, estaríamos saliendo recién de las cavernas. El Hombre es un Ser que ha ‘SALTADO’ sin que éste tenga plena conciencia de cómo este SALTO se ha producido. Y en los dos mil años desde el Hecho de Cristo el Hombre ha tenido ‘Saltos en el Tiempo’ que él asocia a ‘descubrimientos’ o tecnologías que hacen tangible su desarrollo cualitativo. Estos Saltos han sido ‘pliegues’ del Tiempo que, como sucede en la muerte el Hombre, se pueden identificar con un avance, con un hecho o una evidencia…. pero que casi siempre ha resultado un misterio para el observador más profundo, ya que no pocos elementos quedan sin explicaciones lógicas.
Cristo es un punto de inicio, de nacimiento, una partida en la línea de Tiempo, no solamente porque la cultura cristiana establece el quiebre de tiempo calendario en ‘antes de Cristo’ o ‘después de Cristo’, sino porque Cristo, siendo Dios que encarna en Jesús, realmente quebró el Tiempo.
En lenguaje escatológico se definen los ‘Tiempos’ de acuerdo a dos factores: Leyes y Generaciones. Y se entiende por Ley una condición de vida y de muerte: por ejemplo ‘la rueda del eterno retorno’ del Buda constituía una Ley de Vida y de Muerte que sujetaba al Hombre, y era ‘ley’ porque el Hombre nada podía hacer para cambiar esa condición reconocida erróneamente como ‘reencarnación’. El Krisnha se propone romper la ‘ley de la monada’ para conducir al Hombre a una cualidad Superior de existencia…‘un Salto’.
Las Generaciones son medidas de acuerdo al tiempo de prevalencia de una Ley. Por ejemplo: la ‘Generación de la Caída’ comprende todo el Tiempo y a todas las generaciones humanas que vivieron y pasaron por este mundo entre los Hechos de Adán y el crimen de Caín…y los Hechos de Cristo. Esa ‘Generación Caída’ se hallaba entonces bajo una Ley de Vida determinada: que mantenía las instancias divinas cerradas para ellos; que en la muerte enfrentaban o los infiernos o la Ley de eterno Retorno (abismos); que en la santidad debían dormir en ‘la espera’; que el pecado era mácula con la cual se nacía, etc.
La Ruptura de este Tiempo, el cambio de esta Ley, el fin de la Generación de la Caída, y la Restauración Espiritual del Hombre para que alcance instancias divinas… es algo que solamente Dios encarnado podía llevar a buen fin. Cristo es Dios desde siempre, el Verbo; y es Plan de Salvación que encarnara en Jesús para, justamente, romper con el Tiempo y Cambiar la Ley, y cerrar con la antigua Generación. De otra manera jamás, nunca, el Hombre actual habría logrado entrar en ‘Saltos’ que lo llevaran puntos de ruptura– y de juicio – que debe reconducirlo de regreso al Reino de donde salió y del cual renegó… o de vuelta a los abismos que es de donde alzó a sus dioses terrenales.
Pliegue de Tiempo: los Hechos de Cristo acaecidos hace dos mil años tienden hoy a unirse con este tiempo actual y crean así un Punto de Hechos Vitales y Trascedentes que dejan en el olvido todo aquello que históricamente el Hombre creyó fundamental, permaneciendo y predominando solamente lo que es importante para Dios, y no para los Hombres; y ante tal evidencia, que el Hombre no controla, es que hoy constatamos una Crisis general en nuestro Mundo y en este Tiempo que no irá en desmedro sino en aumento: dado que asistimos a un Pliegue de Tiempo que nos enjuicia y nos bota todo efímero sustento, dejándonos despojados ante nuestra Trascendencia…o desnudos ante nuestra humana pequeñez.
Cristo es fundamental para comprender el Tiempo que vivimos. Porque aferrar lo vital de la presencia de Dios Encarnado – y los Hechos que debemos concebir – resulta esclarecedor y cardinal para nuestra Toma de Decisión actual. Pero mientras sigamos en la apostasía de creer que Jesús fue un buen hombre, un maestro, un varón sabio, un ser especial o espacial…pero hombre y humano de todos modos… entonces seguiremos justificando el sufrimiento que otros Hombres y el Mal nos infringen; porque si Jesús padeció en la cruz del mundo nosotros debemos aprender a sufrir en la cruz del mundo que nos sigue martirizando (¿¿??); y se nos repite que Él sufrió por nuestros pecados, y pagó por nuestros pecados…pero seguimos siendo pecadores (¿¿??); entonces: si ‘la salvación’ fue ‘simbólica’, y en realidad nada cambió en nuestra condición de Vida, y debemos seguir esperando el Juicio Final; y en la muerte corremos riesgos de caer en abismos y ser conducidos a llamas infernales por causas dirimidas por Hombres que representan a Dios… porque Dios está muerto, no habla, no se manifiesta, y requiere de un sacerdocio al Viejo Estilo, como antes de Cristo, y Sinagogas ahora llamadas iglesias, y de Libros que hablan según lo interpreten varones institucionales… entonces, de ser así, de ser verdad esta costumbre impuesta por siglos de apostasía…entonces Cristo nunca fue Dios, ni vino Jesús a cambiar nada, y la Resurrección es otro símbolo, y la Ley de Vida es la misma de antes, y esta Generación se halla bajo la Caída original y nada ha cambiado. ¡Todo es una gran falacia!
De acuerdo a la inconsistencia de la apostasía no se explica que el Hombre haya dado Saltos en el Tiempo justamente desde Cristo, y que hoy estemos llegando a un Punto de Ruptura. Algo no está bien. Algo está fuera de la realidad que vivimos. No hay coherencia entre la situación de Hechos y aquello que por siglos se nos ha enseñado. No hay congruencia entre la prédica cancina y repetitiva de los apostatas y la realidad analizada con los Hechos ante nuestra capacidad de enfrentar la verdad. La suma de los hechos y la realidad en crisis…no cuadra, no da respuestas coherentes.
Es terrible darse cuenta y asumir que hemos vivido por siglos en la mentira, y que los mismos que nos mintieron desde siempre hoy pretender alzarse como los innovadores de la verdad.
Debemos Plegar el Tiempo: tomemos los Hechos de Cristo y unámoslo al punto de tiempo actual, a nosotros. Pongamos los Hechos de Cristo como si estuviesen sucediendo HOY, aquí y ahora. ¿Qué nos queda?
Este ‘ejercicio espiritual’ lo hemos realizado en Oración, en Retiro del Mundo, en Meditación, en ayuno…yendo a releer los Evangelios…y volviendo a la Oración, a la Contemplación…hasta llegar a la VIVENCIA. Y en la VIVENCIA ESPIRITUAL, consciente, clara, inteligente, coherente hemos venido a saber qué: los Hechos fundamentales y fundacionales sucedieron en los Tres Días entre la muerte física de Jesús y su reaparición por 40 días. Que el pago por la Caída de los padres adámicos fue el martirio de Jesús durante los 12 días y su muerte física en la cruz romana- (cruz que representa al Poder del Mundo) – Y una vez saldada esa deuda (que el Hombre no podía cancelar por sí mismo, sino que Dios debía pagar en Cuerpo Carnal para que todo Hombre fuese libre de esa Causa) vino el factor de Salvación Principal: el Cristo, el Verbo Dios, provoca la Mutación de la Ley de Vida que predominaba hasta entonces; abre las instancias divinas para el Hombre de Fe, e instaura instancias intermedias (Cielos) para la inmortalidad del Hombre después de su paso por la Carne y este Mundo; para eso debió quitar de las garras infernales el predominio que éste poder malévolo poseía sobre el Paso por la Muerte, el cual daba a su principado la posibilidad de encarcelar Almas y poseer al Hombre; y cerró Los Abismos o Ley de ‘eterno retorno’: lo que deja a Cristo la plena potestad de la Vida que el Hombre deberá seguir recorriendo luego de su muerte carnal. Estos hechos acaecieron en los Tres Días entre la muerte carnal de Jesús y el Retorno de Cristo por 40 días. Estos Tres Días son la ‘Restauración del Templo’ prometida por Jesús; y la esencia de esta Restauración es que desde estos Tres Días el ESPIRITU en el Hombre sería el que guiaría y enseñaría todo al Ser, y lo conduciría hasta la Voluntad del Padre. Es decir: estos Tres Días de Revolución Cristica son los Hechos que nos hacen diferentes, superiores y en grado de ‘Saltar en el Tiempo’ como lo hemos hecho sin que estemos plenamente conscientes de tales Saltos, pero que explican por qué y para qué estamos hoy en el punto en que nos encontramos.
Solo con la cruz y el padecimiento de Jesús, o resaltando los milagros de Jesús, no lograremos entender la realidad que hoy vivimos y la crisis que se sucede sin que nosotros podamos detenerla en su abruptica carrera. Por lo mismo, la invitación a ‘seguir’ o ‘creer’ en Jesús desde su condición humana ‘especial’- o usando el evangelio cuan manifiesto político, o desmenuzando pasajes bíblicos a conveniencia – no nos entregará las respuestas trascendentes que con urgencia requerimos, ni obtendremos las llaves para abrir la puerta que por fin nos dé aire nuevo.
Pero si nos colocamos en los Hechos de Los Tres Días, no perdidos en el tiempo, sino Plegando el Tiempo y haciéndolo nuestro HOY: entonces entenderemos factores libertarios como que YA no nacemos en pecado, sino que nos hacemos a éste en el camino del mundo, pero que la entrega a Cristo nos libera del pecado y nos hace Consagrados libres de esta mácula; pero también viviremos cierto Orden que no es mundano, ni formal, como que: ‘todo Compromiso Vivo de pertenecer a Cristo, reconociendo la Gracia de Salvación que se Sella en los Hechos de los Tres Días, nos obliga a la COHERENCIA: como hacer como Él hizo; poner por obra lo que Él nos enseña; aceptar su Conducción para alcanzar la Voluntad del Padre…’ Es aquí entonces que los Evangelios dejan de ser una opción, una lectura, una interpretación y pasan a constituirse en Ley de Cristo para Vivir Consagrados.
Si Vivimos los Tres Días como si hoy acontecieran diríamos que hemos Nacido de Nuevo, y que todo mal, error, pecado y aberración anterior queda en el olvido; y que seremos medidos desde este Punto de Coherencia que asumimos desde hoy. He ahí el sentido profundo y real del Bautismo de Cristo.
Porque en estos Tres Días de Mutación se cerró una vieja Ley de Vida que nos aprisionaba; y abrió un lapso de nuevo Tiempo bajo una Ley Nueva: y eso conllevó a que la Generación de antes no sea la misma de hoy; y la Generación de este Tiempo es la que siembra para el Tiempo que Vendrá. La Generación que se cerró con los Hechos de Cristo fue la de la Caída. La que se abrió con Cristo -y que es la nuestra – es llamada ‘Generación del Meridiano de los Tiempos’. La que se avisa que vendrá es la ‘Generación del Milenio de Paz’. Cada Generación se encuentra bajo una Ley de Vida que condiciona su desarrollo y su ascenso o descenso. La Ley actual se conoce como ‘Nueva Ley’… o ‘Ley de Restauración’… o de ‘Rehabilitación’. Es La Ley de Cristo: La Ley de Salvación.
El propósito que Cristo coloca al Nuevo Hombre –desde los Hechos de Salvación- es que éste alcance, bajo su Conducción divina, la Voluntad del Padre que se encuentra en el Espíritu de cada Ser.
La Resurrección es la puerta esencial de la Nueva Ley de Vida: todo Ser recogerá los frutos de su propia siembra; cada uno será medido según su intrínseca vara; cada ser allegará los efectos de sus Causas. Y cada uno obtendrá de su cuerpo carnal un tipo de Cuerpo Espiritual de acuerdo a… la medida espiritual que solamente Dios puede mesurar. Y aquí llegamos a lo central de nuestra comprensión y toma de decisión: ¿Hay en alguna parte de nosotros una especie de adn espiritual que nos indique la razón, objetivo y meta fundamental de nuestro paso por esta vida temporal? Sí. La Voluntad del Padre se halla en el Espíritu de la persona. No en la mente. No en el cuerpo de hueso y nervios. No el Alma y los Sentidos. Sino en el ESPIRITU.
¿Qué Restauró Cristo en los Tres Días de Revolución? El Espíritu de Dios Padre en el Hombre. No que el Hombre ameritara o hubiese acumulado méritos para tal grandeza…sino por GRACIA de Dios.
Así como Jesús contuvo al Espíritu del Padre en Él… siendo él mismo el Verbo de Dios, el Cristo, el Elohim Mayor… así nosotros contenemos en nuestro Ser a un Espíritu cuyo Origen es del Padre Creador; y este Espíritu que Nos Habita lo debemos despertar, conocer, y permitir que gobierne en nuestra vida temporal; porque de este modo Cristo Dios será nuestro Conductor real, verdadero, tangible…el Dios Vivo que ES. Y Nos Conducirá al Padre para que nos fusionemos a su Voluntad y por fin cumplamos con el gran objeto de nuestra creación. Porque la condición humana es temporal, es pasajera, es UN MEDIO… y el FIN es que obtengamos Cuerpo Espiritual, Conciencia Divina…y recuperemos nuestra condición de Adán y Eva originales. NO HAY OTRO PLAN O DESTINO. NO HAY OTRA MISION.
Ahora, ¿llegaremos y seremos todos iguales…porque el Plan pareciera ser para todos lo mismo? No. Al llegar al Padre seremos según la índole que Él en su Origen designó. Nadie conocerá plenamente su índole sino cuando sea Su Índole.
Pleguemos el Tiempo como una hoja de papel: unamos una punta con otra, un extremo con otro, y veremos que la línea de tiempo que tomamos en consideración de acuerdo a esta existencia o a varias supuestas vidas, todas confluyen siempre en un punto de unión que resume Trascendencia y Hechos Vitales…y todo el resto es anécdota. Y si nos colocamos nosotros mismos en el Hecho de Cristo por ser este el Punto de Ruptura que hoy nos condiciona para bien o para mal ( es decir: Cristo es Ley ) entonces haremos nuestra la condición que nos entrega este Cambio Cristico: y si este Hecho sucede hoy, está sucediendo, no deja de estar en el hoy y en el acontecer… entonces ‘mi vida’ lineal entre el día de mi nacimiento y la hora de mi muerte debe tener puntos vitales, sustanciales, que al plegar la hoja y unir sus puntas me entregue lo Trascendente sin allegados y agregados… y esa es Mi Verdad. Es decir, si unifico mi nacimiento y mi muerte en el contexto del Tiempo que Cristo marca y define – según una Ley de Vida y una Generación específica ya definida por los Hechos de Cristo- el resultado que obtengo debe ser el resumen de lo Vital, de lo Esencial, de lo Espiritual de Mi Mismo…porque ‘mi existencia hoy’ se halla, quiera o no, crea o no, me guste o menos, bajo una Ley que dirime y separa a la Trascendencia de la ‘No-Trascendencia’. Y esto es ‘LEY’: sucede quiera o no, crea o no, haga lo que haga. Y esta Ley es Cristo.
Con esto queremos demostrar que Cristo no es un factor humano-religioso, sino Ley de Vida que objetivamente nos rige de acuerdo a un factor de ‘No-Tiempo’ (o Tiempo No Lineal) muy específico; y que al colocarnos nosotros bajo la realidad de que el Tiempo Lineal es mentira y es ilusión (que los Hechos no acaecieron simbólicamente hace dos mil años, sino que están sucediendo HOY en términos reales y profundos) y que toda nuestra existencia se halla marcada por el Hecho de Cristo –porque es el Punto de Ruptura del Tiempo que vivimos hoy– llegamos entonces a conclusiones fundamentales de nosotros mismos, y del mundo en que vivimos. Pero sucede algo más: entramos en una realidad de No-Tiempo… Es decir, al aceptar esta realidad Cristica y hacerla nuestra, y medirnos a nosotros mismos según esta Ley…entramos en la Conciencia Atemporal que nos permite ‘ejercer sacerdocio’ como Cristo encomienda y no como los Hombres lo entienden. O Cristo es Vivencia en su Ley y Verdad…o todo es una falacia y una ilusión que nos hunde en la falsa línea del Tiempo calendario y de la memoria humana.
Este ejercicio Espiritual da un resultado sorprendente y muchas veces inesperado porque hacemos tres actos de honestidad fundamentales: 1) nos colocamos ante una Ley de Vida Objetiva que reconocemos en Cristo, y de frente a los Hechos de Cambio que nos dan a nosotros una condición de libertad que no habíamos asumido: en relación con el sufrimiento, con el pecado, con la culpa, con los infiernos, con el Cielo, con la inmortalidad, con la Resurrección, con el Espíritu, con la meta más alta de llegar al Padre, etc. Es decir: TRAEMOS HASTA NUESTRO PUNTO DE VIDA ACTUAL EL TIEMPO DE LOS TRES DIAS del Hecho de Cristo COMO SI ESTUVIESEN ACAECIENDO EN ESTE HOY NUESTRO, Y NOS MEDIMOS EN ESTE SITIO DE UNION ATEMPORAL. 2) Acortamos nuestra ‘línea de tiempo’ desde nuestro nacimiento a la muerte y quedamos ante lo único que realmente importa: LO TRASCENDENTE, desechando lo superfluo, lo banal, y la lucha por cosas y aspectos mundanos que en verdad no poseen vitalidad ni trascendencia alguna. 3) nos ubicamos y nos asumimos en el Tiempo Generacional y bajo la Ley de Vida que Cristo nos entrega y avisa: ya no arrastramos el tiempo a nuestro modo y según interpretaciones intelectuales (prefiero ubicarme antes de Cristo y aceptar que soy pecador… quiero estar bajo la ley del eterno retorno y postular a reencarnar…o somos monada en búsqueda de la calidad de Humano medio…me ubico delante del Juicio Final y creo que todo morimos en espera de que Dios nos alce desde los huesos en los cementerios…) y aceptamos que este Tiempo de Restauración nos coloca ante Si Mismo la meta de llegar a Dios con y en Nuestro Espíritu, y ser Conducidos por el Cristo Vivo hasta la Alta Instancia del Padre Creador.
¿Hablamos de un acto de fe a ojos cerrados? ¿Hablamos de esperanza? ¿Instamos a conformar sectas cerradas de súper- elegidos? ¿Llamamos a salir a raudales de las iglesias tradicionales? No. Nada de eso.
Hablamos de hacerse cargo de Sí Mismo. Simplemente ubicarse en el Punto de Ruptura del Tiempo– El Hecho de Cristo- mirar hacia dónde se encuentran los Hechos que rompieron con lo anterior y nos colocó en lo que hoy somos; y entender la propia vida en este contexto; y por ende proceder a ubicar la propia trascendencia con lo vital de esta Generación. Hablamos de realizar un ejercicio de honestidad, de trascendencia, de mirada macro. Así entendemos la Fe: como una decisión de Trascendencia que une la propia Vida a la Vida Objetiva de Cristo, y no exclusivamente del Jesús histórico, sino del Cristo Dios que es LEY de Vida.
Entonces, realizando este Ejercicio Espiritual entendemos mejor eso de que hoy ya hemos entrado en la peligrosa franja temporal llamada ‘La Tribulación’. Esta Tribulación es la cola del Tiempo (o un Salto oscuro) que culminará con el cierre de esta Generación (entendiendo ‘Generación’ según lo que se explica antes en esta misma reflexión). Es una Tribulación porque corresponde a ese espacio de tiempo en donde la Restauración se agota y el Nuevo Tiempo se aproxima. Y tan acostumbrado estamos a concebir el Tiempo como línea de fechas en el acontecer de un calendario, que nos resulta imposible entender que el Tiempo también ‘viaja’ y puede venir del futuro o del Macro Cosmos e intervenir abruptamente sobre un sistema temporal, e imponerse…lo que se conoce como ‘Tiempo Cuántico’ o ‘Salto del Tiempo’.
Pues bien, el ‘Milenio de Paz’ no es un acontecimiento en el calendario, que por inercia y acumulación de eventos se sucederá en el año 2012…que ya no fue…2017…que no será …porque NUNCA se sabrá. Y hasta Cristo dice: ‘solo Mi Padre conoce esos Tiempos y cuándo esto acontecerá’. El ‘Milenio de Paz’ es un Espacio Tiempo que YA EXISTE, y que al intervenir en este Tiempo nuestro provocará un Salto y una Ruptura que cambiará la condición de este Mundo.
Pero sí podemos saber cuando el Milenio de Paz se acerca a nuestro Hoy: la Tribulación corresponde al período Oscuro que da campanadas largas de hechos que nos avisan que en cualquier momento, cuan ladrón de noche, sigilosamente, el Cristo Vendrá entre Los Suyos, y este Mundo sabrá que Vino por Segunda Vez pero no cuan varón o en carne y hueso, sino en su Potestad Divina y de Elohim Mayor. Y tal evento, que será connotado y posible de verificar…marcará el fin de la Ley de Vida actual y de esta Generación, para dar inicio al Tiempo del Milenio de Paz y de la Generación Santa.
Un asunto de Opción de Fe
– Vencerse a Si Mismo, y Vencer a lo humano en su función oscura…es la única victoria que nos hace superiores-
¿En qué estás tú? ¿Luchando por lo pequeño de tus deseos y necesidades? ¿Cuál es tu opción? ¿Lo tuyo es lo cotidiano que te de falsa seguridad en cosas y afectos pasajeros? ¿Mides tu vida en forma lineal y crees tener ‘mucho tiempo’ y que Dios te sopesará por lo que tú eliges por lo bueno de ti mismo-a? ¿Prefieres fabricar tu propia e intima trascendencia? ¿Cuáles son tus puntos de referencia para entender el tiempo en que vives? ¿Miras más allá del ‘Yo’? ¿Confías tu vida en manos de otros…otros son quienes gobiernan tu existencia? ¿De verdad crees que un Dios tan inconmensurable como Justo e Inteligente pueda tener necesidad de representantes y vicarios humanos que le representen? ¿De verdad crees que la verdad de Dios en su inmensidad y profundidad se contenga exclusiva y únicamente en un Libro solo y en la particular interpretación de un Ser humano?
Si tenemos Espíritu, y tenemos Fe, y tuviésemos alguien que nos oriente en el Encuentro con el Cristo Vivo…no que reemplace a Cristo…sino que nos enseñe el modo de Unir los Puntos de esta Vida para llegar al resumen que nos enfrente a nuestra verdad…¿Acaso lo rechazaríamos? ¿O escupiríamos sobre una mano amiga que nos propone orientación para que seamos libres en Cristo? Y si pudiéramos nosotros mismos ayudar a otros para que encuentren la forma de llegar a su propia realidad espiritual ¿no ejerceríamos este nivel de sacerdocio que nos alienta y engrandece?
Pues bien, lo que somos, el sacerdocio que ejercemos, el servicio espiritual que nos compromete es exactamente esto que aquí exponemos: Un Ejercicio de Fe, un Salto Espiritual, que nos acerca cara a cara con los Tiempos, Planes y Leyes que nos involucran y condicionan.
Aquello que enseñamos a otros es la práctica que nosotros hemos vivido; y toda persona valiente en su Fe puede poner en acción este Salto Espiritual para llegar a su verdad… y asumirla; y habrá renuncias que inevitablemente deberán enfrentarse pues con las nuevas visiones de la vida y de Si Mismo sin duda se despertarán opciones que nos llamarán al cambio inevitable, a la superación y a nacer de nuevo. Pero todo sucederá siempre en la Persona, en la Conciencia, en el interior del Ser Humano; nada surge primero afuera, en el entorno y en el Mundo…todo proviene del interior de la Persona en Mutación, en Revolución, y que entiende y asume que en él VIVE un Ser Divino. Y que no habrá santidad y menos divinidad sin llegar a La Voluntad del Padre, y cumplir con el Designio que solo Él puede develar.
Sabemos, por experiencia, que pocos se atreven a entrar en este Salto Espiritual y de Fe. También hemos constatado que algunos entran en este Camino con la buena intención de su creencia y con buena voluntad religiosa pero se arrepienten en el camino por miedo a perder lo pequeño (y por pavor a lo Grande que no conocen y claramente nunca podrían manejar con el ego acostumbrado) hasta que finalmente se cobijan en la tibieza de sus aspiraciones que…sí… quizás…les salva de lo tenebroso por un tiempo, pero no les empuja a la Luz de su Creación; y en algún Punto del Camino la vida les volverá a colocar ante el mismo asunto que por ahora evitaron o temieron enfrentar. Nadie puede burlar a Dios.
Hemos visto a quienes creyeron ver en este Camino la posibilidad de adquirir algún don o poder que más tarde les sirviera a sus planes individuales…con decepción posterior por no lograr tal egoísta pretensión. Hemos vivido guerras humanas de envidias, de celos y de vanidad que han chocado sistemáticamente con el invisible pero invencible muro del Espíritu. Y hemos sido maldecidos por algunos pocos que debieran estar agradecidos por nuestro empeño y amor por su causa espiritual, pero que al no obtener deseos y necesidades nos han culpado por sus malos resultados. Y enfrentamos ataques desde iglesias que ven en nosotros un poder y una posibilidad de dañarles que nosotros no pretendemos, no tenemos ni queremos. Y así nos vemos vilipendiados públicamente –por ejemplo- por un abogado de connotación mediática que usa los Medios de Comunicación para endosarnos culpas en contubernios oscuros y perniciosos cuyo objetivo es enlodar a ya alicaídas estructuras que nos quitan el sueño. ¿Por qué? ¿Si somos simples hombres y mujeres que por experiencia espiritual y vivencia de Fe hemos constatado lo que aquí se expone? Y con esto, además, ponemos de manifiesto que en el Camino Espiritual no solo debemos superar Lo Humano como factor natural, sino que debemos VENCER lo peor de lo humano en su función oscura.
Habiendo llegado nosotros a algún nivel de este Camino ofrecemos a muchos otros nuestra guía para que también ellos lleguen a experimentar al Dios Vivo por propio empeño y espiritualidad, sin necesidad de alzar nuevas iglesias, y sin reemplazar a Dios con nuevos liderazgos sectarios; y sin someter la conciencia sino liberándola, ampliándola; y sin encerrarse en sectas de iluminados sino que ofreciendo nuestro servicio desde la realidad cotidiana de padres, de madres, de hijos, de familia, de Personas que no dejamos de trabajar en sus oficios y profesiones, y que no buscamos a Dios en lo mundano sino que aplicamos lo que somos en Espíritu a todo aquello que hacemos y en todo aquello somos. Es decir, nada más que hombres y mujeres en Obediencia a su Fe, y en Coherencia con su Espiritualidad.
Hacemos lo que los Evangelios dictan. La Ley de Cristo debe ponerse en práctica. Cristo es Ley, y es fundamental partir de los Hechos Cristicos para unirlos al Hoy que nos toca vivir, e ir en pos de aquellas preguntas y respuestas trascendentes que den Sentido a nuestras existencias. Esto es el Camino de Consagración.
Cuando se recorre este Camino se obtienen Carismas, es decir: Dones, Capacidad espiritual, Sacerdocio. De esto hablamos. Sobre esta contextura solida y bien fundamentada es que basamos nuestra propuesta: desde lo que somos y vivimos…para que todos Seamos lo que Dios Llama, y vivamos de acuerdo al Tiempo que nos toca actuar.
– El Camino que recorrimos es la única senda que podemos enseñarte; y de esto no tenemos más que entregarte sino aquello que Dios nos ha enseñado a nosotros. Así es como Cristo hace sabios a los suyos –