En nuestra declaración de principios decimos que en nuestra Fe en Cristo, y disposición a ser sus evangelistas, no condecimos ni nos hacemos parte de la historia de la iglesia de los hombres, que en el nombre de Jesús justificaron atrocidades y persecuciones inexcusables.
Así mismo hoy consideramos abominable la fanática acechanza y muerte de cristianos en donde el radicalismo ‘musulmán’ se ha hecho fuerte por las armas.
Con espanto vimos como los Talibanes en Afganistán destrozaban los grandes Budas en el desierto…monumentos que eran Patrimonio de la Humanidad. De eso hace años ya. Pero tal acto absurdo presagiaba que de las piedras representativas pasarían a las personas.
No creemos que esta atrocidad sea directo efecto de una Fe de Paz y de belleza como es la religiosidad que contiene El Corán, el que ha permitido épocas de progreso y expansión de la ciencia en pasado, y ha sido cuna de grandes expresiones místicas. Esto tiene que ver con los hombres, con interpretación humana llevada al juego del Poder y de la vieja costumbre de matar que mueve la oscura alma de todo Cainita.
Nunca las absurdas cruzadas, o la acérrima inquisición, tuvieron algo que les relacionara con los Evangelios. Fue una invención manipulada por ansias de Poder político.
Lo que está de manifiesto hoy es que el Hombre después de tanta historia de la cual debió aprender y corregirse, está repitiendo el ciclo de estupidez y genocidio que debió estremecer la conciencia de quienes sufrieron diásporas, holocaustos y avasallamiento. Es cuando desde la vida espiritual y la Fe en el Cristo Vivo comprobamos que estamos hundiéndonos en el Tiempo de Tribulación…y esta crisis profunda avisa que estamos cerca y a la vigilia de Cambios para los cuales los Seres de Fe debemos prepararnos, y estrechar nuestra Relación con Dios prescindiendo del los poderes de los Hombres, y sus religiones.
Hoy más que nunca la inspiración de Pablo nos hace sentido, a saber: desde Cristo y en el Bautismo…TODOS SOMOS SACERDOTES. Y a ese Rol y Opción llamamos: a ser Ungidos por un Bautismo que nos haga Sacerdotes del Cristo Victorioso. Ya no es tiempo para tibios y tibiezas.
– Congregación Evangelista Carismática –