El mundo no puede odiaros a vosotros, pero a mí me odia, porque yo doy testimonio de él, que sus acciones son malas. Juan 7/7
Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Juan 15/18-19
Si ustedes fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no son del mundo, sino que Yo los escogí de entre el mundo, por eso el mundo los odia. Juan 15/19
Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Juan 17:16
Ahora han conocido que todo lo que me has dado viene de Ti, y yo les he dado La Palabra que Me diste; y las recibieron, y entendieron que en verdad salí de Ti, y han creído que Tú me has enviado. Ahora Yo ruego por ellos, y no ruego por el mundo, sino por quienes me has entregado: porque son Los Tuyos- Juan 17/ 7-8-9
Jesús respondió: Mi Reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora Mi Reino no es de aquí. Juan 18/36
Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Juan 17/14
Hermanos, no os maravilléis si el mundo os odia. Juan 3:13
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Juan 2:15
Si seguimos a Cristo, y a Él creemos, debemos dar Fe que su Palabra, como su Presencia, es UNO y es lo mismo que el Padre: porque quién cree en Cristo, cree en el Padre; porque el Padre y Él son UNO. Y si Él es ANTES que este mundo, y será después que este mundo, y es el Verbo por el cual todas las cosas fueron hechas: entonces No podemos considerar su Palabra como de fuente humana, y dar a ésta interpretación mundana. Si es divina: es Ley para el Ser de Fe.Para entender a Cristo debemos aclarar primero un factor imprescindible: ¿habla Jesús: el maestro? O ¿habla el Cristo: el Verbo Encarnado? ¿Las palabras provienen de un profeta como otros, un sabio de este mundo, o un mesías como aquel que esperaban los israelitas…? O ¿son Sentencias en boca de Dios hecho Hombre, la divinidad Salvadora enviada por el Dios Creador? Porque nunca será lo mismo: la concluyente sabiduría de un gran maestro…pero hombre al fin… y la profunda verdad de un Sabio Venido de Lo Alto con Gran Investidura, como es Cristo, el Elohim Mayor.
Jesús es la Encarnación del Cristo, del Dios Salvador: no un mesías político, no para asuntos del mundo, sino para aspectos y sustancias Espirituales, divinas, y que elevan al Hombre a la categoría superior que lo arranca de las fauces del mundo, de la mundanidad y el pecado.
Insistir con el cántico cansino de: ‘sigamos a Jesús’ resaltando la figura humana en desmedro de la Calidad divina del Cristo: es maniobra apostata que pretende luego justificar revisiones e interpretaciones antojadizas de la Palabra escrita en los evangelios. Lo justo para el Ser de Fe es: obedecer a Cristo.
Si aceptamos que Cristo en Jesús nos habla de un Reino que no es de este mundo, y coloca al mundo como al contrario y antagónico de su Plan de Salvación: debemos entonces discernir este mensaje y enseñanza según su fuente, la divinidad de quién fue enviado a mostrar la Verdad de Dios. Y si es Palabra de Dios: entonces es LEY para todo Ser de Fe que acepta la Gracia de la Salvación.
El ‘mundo’, obviamente, no es el planeta Tierra…no. El ‘mundo’ es el sistema cainita imperante cuyos cimientos son el reinado del dinero, la maldad, la violencia, la muerte, la destrucción, la esclavitud, el odio, la lujuria y los bajos instintos, la injusticia, el oprobio y las tiranías. Un mundo cuyo modelo destruye y se autodestruye. Un mundo cuyos valores primordiales son siempre contrarios al amor, a la justicia, a la solidaridad, a la misericordia, a la igualdad, a la libertad, a la Virtud… a la verdad. Porque el mundo se sustenta sobre la mentira, el engaño, y una ‘realidad’ falaz que esconde sus hilos de mando detrás de las tinieblas.
El poder ejercido con la mentira, en base al dinero, y apoyado en la fuerza de las armas, de la violencia, de la imposición y la injusticia… se viste con ropajes diversos, pero al final conducen al único propósito: crear y mantener seres esclavos y manipulables.
Desde antes de Cristo en Jesús, y en el tiempo del Salvador en la Tierra, y después de Él y hasta hoy ha sido la política el gran instrumento de control y vapuleo servil al mundo cainita.
La política requiere de mentiras, de verdades relativas y acomodaticias, de promesas jamás cumplidas; de maniobras psicológicas y sobre todo emocionales de una masa impersonal que debe servir a mezquinos propósitos. La política sin dinero es huérfana e inservible. Como la guerra requiere de ingentes medios para su sostén y ventaja, así la política como fuente de toda guerra y lucha de poder exige medios y bases económicas insustituibles. El dinero, de no hallarse a disposición, debe lograrse con la prebenda, la coima, las alianzas espurias, los acuerdos secretos y servicios de utilidad a grandes intereses.
Puede lograrse un sustento ‘honesto’ en una campaña para alcanzar logros políticos: pero será inevitable que al obtener tales metas, en el pasar y en el andar, inevitablemente el dinero será fundamental para la continuidad y profundización del proceso. Y para ‘hacer política’ es deber hacer ‘pactos’, y la verdad pura, como los ideales y buenos propósitos, tarde o temprano caen en la red y maraña que el poder mundano han entretejido con audacia y perversidad.
Las revoluciones que han pretendido acabar con la injusticia del mundo, y apuntaron sus ideas y cañones al dinero y a los poderosos, han culminado ellos mismos en el lugar de los potentados, de la injusticia y de la tentación esquizofrénica por el dinero. La corrupción es inherente al poder: y el poder arruina a quién no lo tiene, por sus ansias de tomarlo; y arruina a quien lo ostenta… por su miedo a perderlo y obcecación por mantenerlo.
El mundo se basa en el mercado, y el mercado se sostiene en las grandes finanzas, y éstas en la especulación, en la miseria de muchos y en un sistema siniestro que esclaviza a quienes no pertenecen a las castas del poder, y enriquece siempre más a los privilegiados que al fin manejan con su dinero los hilos del mando y de la política; y maniobran la industria de la guerra y conforman las redes bancarias internacionales que ahogan a las naciones. Es decir: Caín y su sistema.
En los tiempos de Cristo en Jesús el mundo lo representaba el imperio romano, y en Israel la casta de sacerdotes serviles al imperio y las calañas de usureros que ahogaban al pueblo con sus impuestos y esclavitud. Otros imperios y gobiernos se movían en la misma lógica en dicho período. La historia nos muestra que la base Cainita ha sido dominante desde antiguas épocas.
Cristo no era el ‘mesías esperado’, en cuanto nunca fue el liberador político que guiaría una revuelta en contra de Roma, o del mundo cainita…al modo de un cainita…con revoluciones y guerras. Cristo en Jesús fue y es el Mesías Liberador del Espíritu de Dios en el Hombre, el liberador del Alma del Hombre perdido en su pequeñez y miseria profana, el Liberador de las ataduras mundanas, de las dependencias nefastas- como la del dinero-; el vencedor del pecado… y claro: enemigo del juego de clases que con política de migajas prolongan la ignorancia Espiritual de los Hombres.
Porque si el Reino no es de este mundo, entonces es claro que este Mundo nunca nos hará libres.
La connivencia entre las iglesias y el poder del mundo, como los de los rabinos judíos y el imperio de Roma en su día, establece un predominio luciferino de la política sobre la fe de los creyentes. La historia está repleta de ejemplos concretos: desde los egipcios, los persas, en la India y en la China antiguas, entre los mayas e Incas, entre los imperios coloniales y sus iglesias; y en los Concordatos entre el catolicismo y los Estados desde el acuerdo entre el Papa y Mussolini.
Guerras ‘religiosas’ las hay hoy, las hubo en pasado, y pareciera que la quisieran muchos en el futuro. Poderes eclesiásticos con ejércitos propios…no precisamente espirituales. Siempre la política y la religión han ido de la mano…en el nombre de Dios. Y sin embargo Cristo en Jesús contradice todo ese juego nefasto y satánico. Toda la Palabra de Cristo apunta justo al corazón de esta realidad que Él llama ‘el mundo’.
Alzar religiones sobre poderes económicos, altas finanzas y sustentos de riquezas; construir ‘la fe’ encima de cimientos pomposos, de masividad que asegure buen sustento y expansión demostrativa que ‘hable’ del ‘poder’ que se supone… competir y medirse por cantidades de ovejas y rediles; estructuras a mostrar y reconocimientos políticos del poderío reinante; adjunto a alianzas políticas que aseguren participación en cuotas de potestad ‘institucional’: ¿no es contrario a Cristo y un modo de entrar, no salir, y apegarse, y no liberarse…del mundo?
Eso lo deben explicar las religiones. Y lo debe explicar el cristianismo institucional que lucha entre sí para alcanzar mayores porcentajes de representantes en el Estado: edecanes, oficinas de gobierno, etc.
Y lo debe explicar la Iglesia evangélica pentecostal que en Chile anuncia algo que ya se ha llevado a cabo en Brasil y Perú: alzar partido político propio y competir por diputados, senadores, alcaldes y ojalá llegar al gobierno… contando con los millones de feligreses que participan de sus cultos, apoyándose obviamente sobre su obediencia ciega que inhibe cualquier opción democrática y libre que pudiera hacer votar diversamente a un miembro de su pastoral.
La apostasía posee la característica de la INCOHERENCIA, y de la mentira: sus miembros dicen cosas justas, basadas en la Biblia, para luego hacer y poner por obra actos injustos y contrarios a la esencia de la palabra proclamada. La apostasía tergiversa las escrituras: tomando párrafos fuera de contexto, interpretando enseñanzas desde visión mundana, y llevando agua al sucio molino de beneficios mundanos. Por lo mismo, los mayores interesados en mantener a Cristo en la sola figura de Jesús, el hombre, son los apostatas que al negar la divinidad de Cristo pueden colocarse ellos mismos cuan emisarios y delegados de una enseñanza que – según ellos- y para conveniencia de sus intereses- fue siempre para este mundo y para que el hombre se acomodara a la religión imperante. Es decir: precisamente lo opuesto al mensaje de Cristo.
La apostasía es la razón de fondo porque la cristiandad institucional sigue insistiendo en que la salvación solamente subyace en la cruz, y en la muerte de Jesús: escondiendo, omitiendo, los Hechos de los Tres Días; la Resurrección cuan Ley de Vida; los 40 días de Restauración y su visita a ‘otras ovejas’; el Descenso del Espíritu Santo y el Plan de Salvación del cual todos somos herederos. Y ha impuesto el viejo tipo de sacerdocio emulando la manera obsoleta de la religión anterior a Cristo. Justo como Pablo advierte y nos alerta.
Y es la misma causa que le ha llevado a esconder la verdad y realidad del Magisterio del Espíritu Santo, manteniéndole entre penumbras y cuan misterio que el creyente jamás develará.
La apostasía y su connubio con el poder político conforman un alambicado piso de ilusión y culto placebo que nunca conduce al Hombre a la vivencia que Cristo nos propone: llegar a vivir En Espíritu (diferencia entre mente- Alma y Espíritu) para Orar al Padre que es Espíritu. Y si el Padre ES espíritu: ¿Por qué se sigue inoculando la idea de un ‘padre’ humano, con rasgos emocionales y mentales que son de los hombres? Amar como el Padre nos ama – y no como el Hombre ama, o conoce del amor -; conocer a Cristo cuan Dios Vivo y Salvador – ¿sirve sólo la asistencia al culto?-. tener a Cristo por único Conductor al Padre… y no a Jesús cuan mediador ante el Padre. Poner por obra la Voluntad del Padre, de otro modo se es ‘hacedor de maldad’: ¿cómo llegamos a conocer la Voluntad del Padre para no caer en la maldad de hacer muchas cosas en nombre de Jesús?
Y si Cristo nos saca del mundo, y nos llama a NO SER del mundo, sino a ‘estar’ en el mundo – no Ser- : ¿nos ayudan las iglesias a escapar del mundo y sus tinglados de fútil entramado? ¿Sirve ahora convertir una iglesia en partido político para usar la disciplina de sus miembros en el voto que les hará participes del mundo? Si esto no es apostasía bufa y turbadora…no sabríamos que otro mejor ejemplo colocar para demostrar la denigración mundana de quienes proclaman a Jesús, y esconden la divinidad de Cristo y su evangelio: que es Ley, y no opción interpretativa. Y es Ley para salir del mundo…nunca religión para introducirnos en los ganglios del sistema cainita y usufructuar de su quimera y pecado.
– Congregación Evangelista Carismática –
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