Somos Consagrados a Cristo, y en nuestra pertenencia a Él hacemos parte de un Cuerpo.
Somos Consagrados en Cristo por Fe y opción personal; declaramos que Cristo es Dios y que hemos establecido y consolidado una relación íntima, directa y personal con ÉL; en nuestro camino de Consagración contamos con una orgánica y con guías por mayordomía: pero esta orgánica, ni persona alguna, interviene cuan intermediario en esta relación con Nuestro Guía Personal, JesúsCristo.
En la senda de la Consagración la calidad de Consagrado Bajo Sacramento es puerta de entrada a los misterios del Reino; vivenciamos los Sacramentos de Transformación -con las claves del Cuerpo y la Sangre de Cristo- y el Sacramento de Diezmo. Bajo la vivencia de estas claves de calidad espiritual actúa en el Consagrado bajo Sacramento el Sello del Don del Espíritu Santo.
Nuestra instancia consiste esencialmente en vivenciar la Transformación que nos ofrece Cristo a través de sus Sacramentos.
La purificación de nuestra calidad humana, para transformar nuestro cuerpo carnal en Cuerpo Espiritual, va de la mano de la Pertenencia a JesúsCristo; la Santa Administración de los dones espirituales entregados por el Padre es la vía para estar en el mundo sin pertenecer a éste, liberándonos de la posesión material, convirtiéndonos en activos agentes del Reino de luz. Los Sacramentos son aquel elemento Divino que van cambiando nuestra naturaleza humana y nos van preparando para el Nuevo Ser que vivirá para Designio del Padre.
Esta instacia es la antesala del Sacerdocio.
Somos testimonio de la gradual transformación que el Cristo Vivo ejerce en nosotros. Nuestra Fe nos moviliza, buscando vivenciar la Sabiduría contenida en las Virtudes. Trabajamos lo personal en la auto-observación de nuestros estados latentes (aspectos ocultos de la psiquis) tomando conciencia, arrepintiéndonos de lo errado, perdonando y pidiendo perdón; de esta manera vamos muriendo al pasado y dándole cabida a lo nuevo que nuestro Espíritu -junto al Santo Espíritu- nos entregan.
Esta calidad de Consagración es una Escuela Espiritual para convertirnos en Sacerdotes con Plenitud de Autoridad, la que proviene directa de JesúsCristo.
Al haber tomado la opción de Consagración en Pertenencia a Cristo, y siendo fieles a sus designios, nos hemos hecho parte activa de los planes del Reino para este tiempo. Por medio de las claves entregadas de mano de JesúsCristo, nuestra Madre Sabiduría Santo Espíritu nos va revelando dones y razones espirituales para ser Agentes en la Voluntad de Nuestro Padre. Así hacemos parte de la Dispensación del Advenimiento del Milenio de Paz.