Manifiesto de Paz

No hay camino hacia la Paz… la Paz es el único camino.

1.- La Paz no es una meta, sino una forma de vivir, de sentir, de relacionarse y concebir la humanidad.

2.- La Paz no es externa, sino que raíz que debe arraigarse en el interior de la persona; debe ser Contenido y Esencia, Principio y Razón.

3.- La Paz no es la otra cara de una moneda que en su reverso muestra y sostiene a la guerra. La Paz es lo opuesto, no complementario, sino lo antitético a todo tipo de violencia y guerra. Esa paz de la no-guerra no es La Paz verdadera, sino un simple lapsus y espacio entre dos confrontaciones.

4.- La Paz se haya a la base de toda construcción humana; las grandes metrópolis de nuestros países se han alzado en un sentido agresivamente  contrario a La Paz. El predominio absolutista del Mercado y su perverso sistema es un modo de esclavitud y sometimiento que viola los Principios de La Paz. Porque cualquier sistema y forma que separa, aleja y distancia a la persona de su familia, de sus hijos, de Dios, de Lo Sabio y Trascendente, de la belleza y el arte, de la quietud y la tranquilidad, de la seguridad,  y niega el descanso en relación al trabajo…es un entramado que rompe todo espacio y posibilidad de Paz en el Hombre.

5.- Sin Paz no hay núcleo familiar armonioso. Hombre y Mujer requieren de La Paz para profundizar sus lazos de amor. Los hijos reclaman La Paz como protección de seguridad en su crecimiento. Sin Paz real toda familia cae en el foso de los litigios, de los traumas, de los engaños, de las frustraciones y de la negación.  Para que los padres sean Seres de Paz, además de cultivar esta Virtud en su interior, cada uno, es menester que cuenten con un entorno diseñado bajo los conceptos de La Paz: una ciudad, un barrio, una comunidad, y relaciones laborales conformadas en los cimientos básicos de La Paz. Para que el niño no se vea involucrado en un mundo déspota y violento, es necesario que el sistema de educación integre en pleno la enseñanza de los Valores, Principios y Acción de Paz.

6.- Los Derechos, la Libertad y el Respeto por el Hombre cuan Persona Digna hacen parte de la osamenta de La Paz. No hay paz real sin plenos Derechos y con excepciones que coartan la Libertad, sin el absoluto respeto por la Persona en su integridad. Todo Cambio que un pueblo, país o conglomerado social, colectivo, requiera puede hacerse sin mermar La Paz y sus contenidos. Sin duda que los consensos en La Paz deben ser más y mayormente trabajados, pero precisamente es la búsqueda en Paz de dichos consensos en donde más crecen los pueblos y más libres se hacen las naciones.

7.- La Espada de la Paz no es un arma de metal para matar: sino una herramienta espiritual y de Fe para sanar. Es Espada porque divide la paz del mundo, la paz de la no-guerra, y la paz de los cementerios, de esa Paz real que proviene del Espíritu, de Dios y de la Fe; y rechaza todo tipo de violencia, presión y posesión; y postula a la vida, a la alegría de la vida en el Amor, y a la Unidad entre los Hombres en la diversidad.

 

 El Hombre de Paz

1.- El Hombre de Paz nunca litiga por cosas, pertenencias, propiedades: porque confía en la ley de vida con la cual El Creador hizo todo: se pierde solamente aquello que no nos pertenece, y eso que sí nos pertenece, aunque nos lo roben o quiten, siempre volverá, de algún modo, en alguna forma, a nuestras manos. El Hombre de Paz es generoso, y nunca es ambicioso, ni codicioso, menos es avaro, y lejos está de toda vanidad.

2.-  El Hombre de Paz ama sin posesión: aplica la rectitud, la solidaridad y el amor en todo sus actos, aún en los más difíciles, también en los desagradables, consciente de la diversidad de los otros y la particularidad que El Creador ha fomentado en cada Ser; y amando con todo su corazón nunca posesiona ni se deja poseer: porque el Ser que se pierde a Si Mismo deja de ser Persona,  y quién encarcela a otros deja de ser humano y es, a su modo, un demonio en su propio infierno.

3.- El Hombre de Paz ama la Libertad: nunca acepta formas de tiranía, ni justifica a quienes aplican restricciones a la Libertad de las Personas. Protege a las víctimas de la injusticia y no participa en sistemas u organismos que tengan por medio y forma la coacción y el oprobio. No mira a izquierda o derecha, sino que La Paz y la Dignidad del Hombre es su norte y motivo. No da importancia a las opiniones pasajeras de unos u otros que lo aplauden o critican por apoyar la Paz en todo caso, y no mira a derecha o izquierda o a conveniencias del momento.

4.- El Hombre de Paz es una Persona Digna aún cuando nadie lo ve: porque tiene sobre su Conciencia la presencia del Creador,  y de éste Santo Lugar él extrae su inspiración. Es un Hombre de Oración porque de su diálogo con Dios recibe su mayor fortaleza. Es un Ser de Meditación porque de allí aprende el Valor más profundo de La Quietud y la Armonía. Es una Persona de Bondad y aún en su firmeza clara y palabras agudas nunca deja de ser movido por la Bondad que habita en su corazón.

5.- El Hombre de Paz no participa en las guerras, ni hace parte de ejércitos armados para la beligerancia, ni proclama violencia, ni práctica el uso de las armas: y en la confrontación sirve a los heridos, a los enfermos, y ayuda a los niños, a las mujeres con hijos, a los ancianos,  y lleva Su Paz allí donde la guerra arrasa la dignidad del Ser Humano.

6.- El Hombre de Paz cuida su cuerpo porque es el Templo de Su Espíritu. Y no cuida más su cuerpo carnal que su verdadero Cuerpo Espiritual. Y en esmero por su Cuerpo Espiritual el Hombre de Paz se prepara para seguir vivo aún después de la muerte de su Carne: porque La Paz que se cultiva en este mundo y en la carne es una siembra cuya cosecha se obtendrá en el Reino de Paz: en la Casa de Dios.

7.- El Hombre de Paz ama y busca siempre a La Sabiduría, porque sabe que sin Sabiduría no hay Paz bien cimentada. La Paz del Hombre Sabio no es el conocimiento artificial del intelecto: sino la omnisciencia que recibe de Dios y de los Ángeles cuando todo Su Ser entra en la Plenitud de La Paz;  la Paz es un estado, es un lugar, en una vida, en un mundo… es un espacio que se toca, se vive, se hace uno con el Hombre… Y Lo Vive.

 

 La Paz y la Libertad de Creencia y de Culto

1.- Es Derecho de toda persona en este mundo ejercer su libertad de acuerdo a la Creencia que profesa y al Culto que practica; nadie puede ser perseguido por sus ideas, menos por proclamar y declarar su fe. Quienes gozan de esta Libertad, a su vez, no pueden reprimir, perseguir y coartar la Libertad de otras Creencias y de otros Cultos.

2.- La Paz puesta en Acción no debe, no puede, practicar ningún tipo de agresión entre Cultos diversos y Creencias distintas; y es contradictorio  con la esencia de La Paz predicar, actuar o instar a cualquier tipo de violencia, guerra, confrontación y belicosidad, que en base a la utilización de la religión  promueva causas políticas,  y de egoísta matriz mundana.

3.- Las Personas tienen derecho a Optar: y para elegir se requiere Información y Formación. La Paz es garantizada en la amplia exposición de las diversas formas en que Dios se ha relacionado con los Hombres, y en el saber sin restricciones sobre cómo el Hombre, en todo tiempo y cultura, ha buscado a Dios. Limitar la Formación e Información a una sola religión, bajo un punto de vista parcial y dirigido, es un atentado en contra de la Libertad y el Derecho que todo Ser posee: ser Formado e Informado para ejercer su fe y creencia en Conciencia.

4.- La Libertad es la columna vertebral de La Paz: el derecho a crítica, el debate de las ideas, la comparación doctrinaria, la polémica en los puntos contrapuestos no altera los Principios y la Práctica de La Paz, sino que es una forma natural del ejercicio de la Libertad.

5.- La Justicia impone que todo ejercicio de Libertad no altere La Paz en su esencia, y que la palabra y la escritura, aún en la contradicción y refutación, jamás rompa  la frontera del Derecho, y por ende nunca se convierta en apología criminal o de negación a la Libertad, rompiendo así la índole vital de La Paz.

6.- La Justicia de La Paz no acepta gobiernos teocráticos: así como La Paz exige Libertad para fomentar y crecer en la Creencia y Culto que cada Persona elige, también rechaza que la fe y doctrina, religión e institucionalidad, leyes internas de una cultura religiosa, sean impuestas sobre una ciudadanía naturalmente heterogénea , diversa en composición y democrática por definición.  La Libertad concedida por Dios al Hombre para que éste Opte en Conciencia se ve violentada y arrasada bajo sistemas teocráticos y fundamentalistas;  así, de igual manera, en el caso cuando una institución eclesiástica goza de privilegios y sustentos en y del  Estado en claro desmedro de otros Cultos y religiones: o en circunstancias que una ley que concierne a un país, o varios de ellos, viene sancionada bajo cánones exclusivos de una influencia religiosa determinada.

7.- La plena Libertad de expresión, como el derecho a comunicar,  en un país debe ser salvaguarda bajo el Principio del Derecho: La Paz nunca será garantizada en la mordaza, en el monopolio de los medios de Comunicación o en la restricción de la información. Los organismos religiosos, los Cultos y Creencias que expresen y demuestren no poseer fines de lucro deben acceder a los Medio de Comunicación en forma libre y gratuita, bajo la norma del respeto y La Paz; los Cultos y Creencias humildes, de servicio,  y exentas de pretensiones financieras no deben sufrir ostracismo, discriminación y segregación, y es un acto de Justicia que potencia La Paz abrir los espacios públicos y los medios de comunicación para que estas comunidades propongan su Camino y expongan su visión y doctrina. La Paz no es floja, inerme, laxa y silente: La Paz debe hablar y todo quién ame La Paz debe aprender a escuchar. No hay Paz en la voz estridente y presente que goza de espacio debido al dinero y juegos de finanzas. Los Humildes deben tener voz, y toda persona de buena voluntad debe tener la oportunidad de escucharlos.

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