Puede parecer hilar demasiado fino, pero hay una sustancia fundamental en este asunto: Jesús es el hombre, La Carne, que recibe al Verbo, al Dios de los Hombres y de los Ángeles, el Alfa y la Omega… al Cristo. Nace y muere en su carnalidad, y hallándose en el cuerpo de un hombre vive y sufre lo que todo Ser Humano siente y vive.
El Cristo, el Verbo, es Dios. Es Dios en y con el Padre Dios desde siempre, y por el Verbo se hace Consciente la Creación del Hombre. Cristo Dios pasó, encarnó y cumplió en Jesús, luego retoma su absoluta Calidad y sigue siendo Quién Es desde El Principio: el único Dios de los Hombres y de los Ángeles.
Cristo Dios encarna en Jesús: JesúsCristo se unen y son Uno en la Carne sin dejar de ser Dios en la Tierra. Siendo un hombre, nunca fue un ‘hombre común’, sino que su carnalidad fue concebida sin Mácula, es decir, libre de pecado. La Enseñanza de JesúsCristo corresponde a la guía de un Dios en la Tierra, y no se trata solamente de un profeta, un maestro o un ‘revolucionario social’, nada de eso: es Dios entre los Hombres.
Se insiste: ‘Él murió por ti’. Esa frase es apostata y niega el Hecho de Salvación. Pareciera que el objetivo de Jesús era ‘morir’, y siendo Dios Encarnado su propósito era Dar Vida. Los 12 días de martirio y la muerte física de Jesús en la nefasta cruz romana son el ‘pago superior de Dios por el crimen de Caín’. Si Jesús murió por alguien fue por Caín. Decir ‘Murió por ti’ es decir: ‘eres Cainita’. Ahora: `Cainita, Jesús pagó por tu crimen… ahora puedes acceder a la Salvación del Mesías Dios’… tal debiera ser la máxima a exponer y difundir.
Muerto en la cruz el hombre Jesús, el Cristo Dios descendió a los infiernos y ocasionó la más grande revolución y Salto que jamás el Ser Humano ha constatado para Su Gracia. El Cristo Vivo retoma cuerpo físico, pero no es reconocido ni siquiera por Los Suyos por su imagen… porque ya no era Jesús, sino el Dios Vivo en toda su Potestad.
Enseñar a Jesús, sin el Cristo Dios, sin el Portento acaecido en los Tres Días, sin mencionar los 40 días de Restauración posterior y sin cerrar el Hecho de Salvación con La Gracia del Espíritu Santo… es un modo de negar a Cristo y rebajar la calidad de quién es Dios, y no un hombre por el hecho de haber pasado por la Carne. Peor es petrificar la muerte de Jesús en la cruz romana y luego agregar: ‘murió por ti’ y enseguida adorar el instrumento de muerte del imperio romano, la cruz.
Se sigue presentando al Jesús físico, incluso de una hermosura occidental y anglo sajón que nunca tuvo, y sobre esas imágenes humanas se induce a buscar, adorar y reunirse en torno a un Jesús que ‘murió por mí’ pero que sigue siendo, de algún modo… un hombre.
Cristo, el Verbo, el Dios que Reina y Gobierna trasciende el paso por la Carne en Jesús, y con el nombre JesúsCristo reconocemos que Jesús cumple el Plan por el Cristo que Es, y sin el Cristo Dios viviendo en el hombre Jesús no podría haber dado cumplimiento a la verdad de su Rol y Enseñanza. Cristo para los Hombres de este Mundo se halla ligado a la exclusiva imagen de Jesús, inevitablemente, pero es deber de Fe comprender, vivir y discernir a Dios en su realidad eterna, porque el Verbo, el Cristo, es Eterno y vino a cumplir un Plan para elevar al Adán Caído y abrir las puertas del Cielo para que éste recuperase su calidad original. En la costumbre religiosa de alabar y concentrarse en el hombre Jesús… se ha perdido al Verbo Cristo y siempre más se niega su verdadera Persona Divina, que Él Es desde siempre.
Hoy, más que nunca, debemos proponernos hacer nuestro el Hecho Crístico de los Tres Días; entender y vivir los eventos trascendentes de estos Tres Días y luego colocarlos ante nuestra propia vida y existencia. Es deber de Fe y lealtad para con JesúsCristo no quedarnos en la apostasía de las imágenes humanas que han reducido a Cristo Dios a ‘un Jesús que se hace hijo de Dios en la Carne’, en condiciones que Él Es y Ha Sido desde Siempre Hijo Dios del Padre Dios.
Esto podrá parecer un ejercicio demasiado fino o complicado, pero es un Discernimiento que todo creyente debe realizar, pues el Cristo Dios Vendrá Cuan Dios que Es y ya nunca más como hombre, y si no logramos aceptar cómo Dios hizo y hace las cosas, y nos aferramos a estereotipos culturales cómodos y engañosos… no veremos a Dios el Verbo el Día en que su Poder abra las puertas del Milenio de Paz… Porque nos hallamos en Tiempos de Tribulación, y todo acontecer nos está avisando que la higuera está madura. Quienes han adorado y seguido la imagen de Jesús y nunca han compenetrado el Espíritu de Cristo, el Dios Verbo, no pueden tener Ojos para ver al que Vendrá en la nube, ni tendrán oídos para escuchar sus Llamados. De eso se trata, No de cuestión religiosa o competencia doctrinaria, sino de preparación espiritual para estar prontos para escuchar, ver y unirse a Dios En Espíritu, y en Vida Superior. Esa es la disyuntiva.
No de religión, de iglesia o de pertenencia humana hablamos: del Cristo Dios que está avisando Su Día… de eso hablamos.