En estos Tiempos de Tribulación con guerras, tempestades, variadas e inusitadas manifestaciones de la naturaleza y remecimientos de todo tipo, que generan en las personas incertidumbres y agobio, que no han sabido encauzar o comprender adecuadamente… al no saber qué hacer, simplemente se entregan a estos eventos casi consumados, resignándose a lo que suceda o piensan en su propia “salvación”. Pero suelen intentar tomar en sus manos los hechos inmediatos dirigiendo esfuerzos a resolver condiciones o problemas puntuales del aquí y ahora, con soluciones que no garantizan un cambio profundo, porque todo lo de este mundo es temporal, relativo y superficial. El Hombre en su natural soberbia, busca salvarse a sí mismo sin comprender cabalmente cuál es la verdadera Salvación. En su mirada humana, y por tanto limitada, no siempre logra comprender y aceptar que existe un Plan Divino en el que todo hombre y mujer tiene su espacio y su rol para trascender, donde nos preparamos para lo Atemporal, lo Verdadero y Superior. Un Plan de Salvación instaurado por Dios para la liberación del Hombre, desde que este cayó Espiritualmente por desobediencia y quiso tomar en sus manos los Planes que Dios Padre había dispuesto. De esta forma constatamos la soberbia natural del Ser Humano que, sin espíritu consciente en sí mismo, desde siempre ha intentado acomodar lo de Dios a su propia forma, y no se acomoda en humildad a lo Divino que con Supremo Amor dispone su Salvación. Dios no salva esta porfía, no salva esta indiferencia, no salva el desamor… Él Salva al Espíritu que mora en el Ser, hecho a Su Imagen y Semejanza, para que sea consciente en el Hombre y se cumpla la elevación espiritual de este mundo a través del buen gobierno del Espíritu sobre el Alma en el Hombre. Sin este espíritu morando en el Ser, aunque haya sido sometido a lo sensual y carnal, o haya sido relegado a la inconciencia… no habría tenido sentido este Plan de Salvación: Dios rescata lo suyo, lo que el Mal ha intentado apoderar.
Entonces, no hay Salvación desde el mundo para el Hombre, porque con la venida de Cristo en Jesús y los Hechos ahí sucedidos (Hecho Crístico) todos somos salvos. Sin embargo, poco se ha comprendido que la elevación espiritual también está en asumir conscientemente que somos seres que estamos de paso por este planeta, y que esta realidad representa la oportunidad para elevarnos espiritualmente y dar un salto trascendente.
Esta edición está dirigida a poner los hechos que explican la “Salvación” desde la mirada trascendente, la historia espiritual del Hombre y el profundo Amor de Dios en permitir el descenso de condiciones, de Planes, de Dispensaciones que han tenido por objetivo reorientar el errado camino que el Hombre se ha trazado en esta existencia desde siempre. Aportamos esta información para invitar a la reflexión y a la elevación de la mirada para no confundirnos y Sembrar en el surco correcto. Ya somos Salvos por Cristo, pero si no entendemos de qué somos Salvos ¿cómo dirigir nuestra acción para obtener mejores y mayores frutos en esta vida y en la venidera?