EDITORIAL 19

Gobernados por la mentira.

 

La Mentira gobierna el mundo y atenta contra la vida en todo el orbe. Las guerras sólo en esta década son numerosas, impactantes, interminables… ¡y algunas en nombre de Dios! Un reciente conflicto interconfesional en Jos (Nigeria), entre agricultores cristianos y ganaderos musulmanes, perpetúa una masacre medieval -¡en pleno siglo XXI!- a punta de machetes y hoguera, cuya ola de venganza no avizora posible detención. En los variados conflictos y matanzas tribales, por asuntos sociales, intereses económicos o conflictos religiosos de Latinoamérica, África y Asia, comprobamos la intervención de terceros -frecuentemente Estados Unidos y países de la Unión Europea- cuya supuesta ayuda siempre termina por demostrar diversos intereses no declarados.

Además de las razones económicas y de supremacía del poder, las cuales  enmascaran toda intervención de terceros en los conflictos mencionados, asistimos también a la perpetuidad de dogmas religiosos, cuyas razones se sustentan en las mismas intenciones y por las cuales muchos hemos estado lejos de la verdad… por siglos.

Todo sistema que aspira a su perdurabilidad posee “archivos reservados”, lo que da pie al “engaño u omisión necesaria”. Lo secreto, lo no revelado, lo silenciado es una herramienta de todo fundamentalismo: ¿el fin justifica los medios?

Nada de lo que vemos y, a la vez, mucho de lo que hemos creído parece sustentarse en la verdad. Pero lo dramático es que nosotros, cuan mayoría, somos responsables al no verificar o investigar los hechos, y al conformarnos con las justificaciones o razones aparentes de la minoría asentada en el poder, damos por ‘real’ esa información proveniente de los medios de comunicación, la cual está llena de verdades encubiertas. Aceptamos, de este modo, lo que nos deja ver el principado de la Gran Mentira. Así, estas mentiras sostenidas en el tiempo, van transformándose en algo tan natural que dejan de impactarnos, haciéndonos caer en la indiferencia y, probablemente, hasta en la justificación de las ‘razones’ de la religión o del mundo.

Pero si la verdad de algunos hechos comienza a filtrarse, y las viejas paredes de la contención muestran a las claras signos de humedad y resquebrajamiento… entonces debemos ser serios y abiertos a esto que hoy empieza a manifestarse, una verdad que clama a gritos y que nos comienza a demostrar que la vieja contención de los secretos y omisiones sostenida para propios fines está cediendo. Esto, sin duda, que nos pone de frente a una opción.

Algunos ya hemos optado por el Camino a la liberación, y sabemos que no es verdad que la Salvación sea resultado del sufrimiento y la muerte de Jesús en la Cruz; así como no es verdad que carguemos un pecado original por haber nacido hoy en este mundo; como no es verdad que sólo haya existido un Adán y una Eva; como no es verdad que necesitemos de otros para establecer una relación personal con Cristo; como no es verdad que el Sacerdocio esté vedado para las mujeres y que el celibato sea orden de Dios… Y así, miles de dogmas sustentados en hábiles interpretaciones que se afirman y defienden cuan verdades indesmentibles, que no han hecho más que impregnar en este mundo una conformidad que a nosotros, Consagrados bajo la Ley de JesúsCristo, nos provoca una profunda tristeza… pero cuya Verdad liberadora no dejaremos de proclamar para que quienes tengan oídos, escuchen.

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