Varias y variadas son las situaciones en las cuales podemos leer y escuchar a militantes cristianos que claman por aplicar los evangelios a la política contingente. Los ‘humildes’, según la escolaridad católica, son los pobres de cosas materiales, y supuestamente a ellos predicó Jesús. Para aplicar esta filosofía y doctrina debiéramos aceptar que nos enfrentamos a un hombre, santo y milagroso, pero hombre al fin y al cabo. Pero si concebimos a Jesús cuan encarnación del Verbo, un Dios hecho Carne, el Dios de los Hombres y de los Ángeles: El Cristo… entonces los significados de cada palabra de él emanada cambian sustancialmente.
En el lenguaje de Sabiduría se entiende a los ‘humildes’ como aquellos seres que se vacían a sí mismos de toda otra alimentación mundana y necesidad del ánimo. Humildad en la Virtud del Espíritu es ‘vaciarse, entregarse’. La Humildad es contraria a la Soberbia, y se opone a la actitud del conocimiento y la auto-suficiencia. Postula a La Sabiduría como ‘saber revelado en y por El Espíritu Santo’. De estos ‘humildes’ será el Reino. Los ‘pobres’ en la excelente explicación de Francisco de Asís son aquellos que depositan su vida, su cuerpo y su alimentación en manos del Dios Dadivoso.
Puede haber un pobre de cosas materiales que en su interior, mente y acto sea un soberbio, iracundo e incrédulo. Y puede haber un rico de cosas materiales que busca la Humildad de Dios. No se trata de clases sociales, sino de un estado espiritual. Cuando Cristo le dice al joven rico que para ser su discípulo debe ir y entregar todo lo que posee, obviamente no está colocando la prioridad y prueba en la venta o regalo de sus haberes, sino cuan Dios que es Él iba al Alma del sujeto, la cual se hallaba encarcelada por la avaricia, y era el dinero su divinidad; el acto de entregar aquello que lo enclaustraba y condicionaba miraba a una opción de vida por el Espíritu, y a una sana y santa dependencia de Dios, y no del Mundo. Los haberes son efecto, la Causa será siempre espiritual. Y es Pablo quién aborda con sabiduría este aspecto: ‘cuando tengo ando como si no tuviese; y cuando carezco, ando como si mucho tuviera’.
Muchos otros aspectos han sido politizados, al punto de llamar a JesúsCristo con evidente carencia espiritual y ausencia absoluta de humildad: ‘el compañero Jesús.’ La justicia, la paz, y la esencia de la enseñanza del Dios en Jesús son tomadas por el fanatismo como un ‘programa revolucionario’ pronto para ser enarbolado en la lucha social. ¡Cuidado! Eso es apostasía. Esa es ideología del AntiCristo. No nos dejemos engañar. Es apostasía y política del AntiCristo tanto aquello como la justificación de la guerra, la bendición de armas, la participación en política y la religión-Estado. No existe ni la derecha ni la izquierda en la Fe en Cristo: existe solamente la Fe en Cristo y el Camino hacia la Voluntad del Padre que Es Espíritu.
Así también podemos leer algunos de los miles grupos cristianos que aparecen en Internet, entre los cuales no pocos entienden que ‘estar y no ser del mundo’ es tan literal como apartarse en comunidades cerradas que niegan toda posibilidad de familia, trabajo y tarea entre los Hombres. Esa interpretación es contraria a la esencia del Hecho de Cristo: somos Salvos para sembrar vida, no para negarla, y es deber de todo quién reciba bendición y sacramento, ir por su entorno dando testimonio de su Bautismo y Conversión. ‘Estar en este mundo…’ significa que no negaremos nuestra condición humana, en este planeta, y somos parte de una lucha entre el Bien y el Mal manifestado en el sistema que impera en este Mundo. ‘No Ser del Mundo…’ quiere decir que nuestro Ser no depende del sistema imperante en lo mundano, sino que es Pertenencia del Reino de Dios, y en el discernimiento del Bien y el Mal nos tornamos activos guerreros del Bien cultivando primero en nosotros las Virtudes proclamas por la Sabiduría de JesúsCristo, y luego entregamos a los demás aquello que ya Nuestro Dios Vivo nos ha sellado con su Espíritu. En el resto: podemos trabajar en lo mismo que siempre nos ha dado el sustento, pero ahora no dependemos de eso, sino que también el trabajo es campo de prueba para la Siembra de las Virtudes del Espíritu. Nunca renunciaremos a la bendición de la familia: mas, en la coherencia del Camino Espiritual, daremos a las relaciones, y a la familia, la connotación de amor que Cristo nos inculca desde el Espíritu; por lo mismo NO familia como núcleo de la sociedad, sino familia como Núcleo de Amor para sembrar en aras del Plan de Dios.
Cuando se utiliza el Evangelio como manifiesto social, y se interpreta lo sagrado fuera de la realidad del Espíritu, estamos haciendo política: y la política es asunto de este Mundo, mientras que Nuestro Dios nos insta a ascender a un Reino que no es de este Mundo. La opción es clara.