El sábado 28 de Febrero se cerró el largo ciclo de preparación, capacitación y avances que comenzó con el período de estudios y discusión sobre la Ley de JesúsCristo, la publicación del primer tomo del Libro de la Ley de JesúsCristo, pasando por la conferencia general de los Consagrados el 1 de Noviembre, y la exposición pública del 21 de Diciembre. Esta última jornada de trabajo concentró al núcleo de Consagrados y Sacerdotes que guían esta Dispensación, cada uno en sus respectivas zonas, oficios y roles.
Ha sido una fructífera reunión de ordenamiento y de proyección futura en el trabajo que nos espera y que el Reino nos señala. En la misma se procedió a sellar la calidad de Consagrados bajo Sacramento a dos hermanas de Santiago; se selló el Sacerdocio de Servicio (presbiterio) a otras dos hermanas, también ellas pertenecientes a las Casas de Santiago; fue sellado el Oficio de maestra a la hermana de la Casa de La Serena; además fueron Ungidos con la Ablución del Presbiterio el hermano responsable de los Consagrados-as jóvenes, y la hermana mayordomo de la zona de Copiapó. Y lo más importante: se sellaron cuatro Sacerdotes Investidos con el objetivo de ingresar a la Orden del Sacerdocio de Melquisedec. Esto es un gran paso para todos nosotros, pues la Orden de Melquisedec es la instancia espiritual más alta y elevada a la que toda persona de Fe pudiera aspirar en este mundo. Siendo ésta una Dispensación bajo Mandato Directo de JesúsCristo, es aún más relevante lo acaecido, pues es Cristo en Persona Quién Llama y Acepta a estos sacerdotes en una Orden que no es de este mundo, y por lo mismo compromete a sus integrantes a una entrega espiritual plena y definitiva.
Debemos declarar que el espíritu de esta reunión estuvo impregnado de la Presencia de Nuestra Madre Sabiduría, el Espíritu Santo. Se ha consolidado un núcleo de más de treinta líderes espirituales que ahora se probarán en la práctica de sus mayordomías: sabemos que este salto de calidad no es para cosas del mundo, ni para asegurar egos y aspiraciones individualistas, sino que es un avance expansivo cualitativo que beneficia a todo hombre y mujer de buena voluntad, pues toda manifestación de Dios en algún grupo humano, cuya orgánica dependa del Cristo Vivo, es progreso para la Causa del Reino y concreción de los Planes de Dios en esta Tierra. Así lo vemos, así lo sentimos y así lo vivimos. Y con este espíritu nos disponemos a sembrar.