¿Qué entendemos cuando se nos dice que “fuimos creados a Imagen y Semejanza de Dios”?
Revisamos el tema y constatamos diferentes ‘interpretaciones’, desde una comparación netamente humana; pasando por la creencia de que debemos alcanzar los mismos ‘sentimientos’ de Dios; hasta complicados escritos teológicos que al ser puramente mentales, se pierden en los laberintos de complicadas terminologías y terminan siendo subjetivos y siempre interpretativos.
- “… Dios nos ha hecho a su imagen para conocerle y amarle.”
- “…cuando se dice que el hombre es imagen de Dios, se quiere indicar con ello que tanto el hombre como Dios tienen algo en común y es el conocimiento, el amor, la libertad; en otras palabras, el alma del hombre es lo que lo hace semejante a Dios.”
- “… Tener la ‘imagen’ o ‘semejanza’ de Dios significa, en términos simples, que fuimos hechos para parecernos a Dios.”
- “… La imagen de Dios se refiere a la parte inmaterial del hombre. Esto coloca al hombre aparte del mundo animal, adecuándolo para el ‘dominio’ que Dios le designó, y capacitándolo para tener comunión con su Creador. Es una semejanza mental, moral y social.”
- “… Cada vez que alguien se casa, hace un amigo, abraza a un niño, o asiste a una iglesia, está demostrando el hecho de que fuimos hechos a la semejanza de Dios.”
- “…una persona piensa, siente, percibe, es inteligente, tiene voluntad… etc… somos semejantes al Señor en que en EL se encuentran todas las cualidades de personalidad… igual en nosotros.”
Nos parece importante que cada persona se informe, no rechace ni asuma a priori lo que se expone, ni se cierre a nuevas posturas… para que en definitiva asuma lo que su espíritu le señale como verdadero.
La respuesta a nuestra pregunta inicial es simple, pero profunda en su significado:
Fuimos Creados a Imagen y Semejanza de Dios porque Dios puso en nosotros una esencia de Él: EL ESPÍRITU.
Dios es Espíritu: ¿de que otro ‘tipo’ podría ser su Imagen y Semejanza? Por lo tanto, toda Verdad (no toda la Verdad) no está en las interpretaciones de la mente, sino en el espíritu que habita en el Hombre… porque Dios (Unidad Trina del Padre, de Cristo y del Espíritu Santo) ES la Verdad Absoluta. Pero para que parte de esta Sabiduría sea en nosotros, debemos hacer partícipes al Alma, al cuerpo y la mente, pero siendo siempre el espíritu el ‘Pozo de Agua Viva’ que nos alimenta y nos enseña, y que se nutre de la Gran Fuente de toda Sabiduría: el Espíritu Santo.
Cuando se dice: “Dios está en ti”; “Debes conocerte y amarte a ti mismo”; “Amarás como Dios Ama”… ¿no se está refiriendo esto al espíritu?
El Segundo Mandamiento de la Ley de Cristo es absolutamente claro en esto cuando nos señala: “Amarás y reconocerás a Tu Espíritu: Ser vivo que es eterno desde antes que el cuerpo y será eterno después del cuerpo; conocedor de La Sabiduría de Dios, creado en la Raíz de Lo Creado, receptáculo del Santo Espíritu de Dios; obedecerás las inducciones del Espíritu que os habita, y será el ‘Ti Mismo’, el ‘Sí Mismo’ y el ‘Yo’ que amarás por ser de Dios; y no amarás más a tus deseos Carnales o a tus pensamientos mundanos, sino al Espíritu que Mora en el cuerpo.”
¿Podría un Mandamiento de Cristo decretar algo fuera de lo que es la Imagen y Semejanza de Dios?
Esta capacidad de tomar conciencia que nos señala el Mandamiento, es la que nos hace ser Personas (es esto lo que fundamentalmente nos diferencia de los animales); en otras palabras, ‘Persona’ es un Ser Conciente de Sí-Mismo. De igual forma, si ‘‘Persona Divina’ es un Ser con Conciencia de Su Divinidad, esto quiere decir que el Padre sabe perfectamente Quien Es. Y Cristo sabe perfectamente Quien Es. Y tanto el Padre como el Hijo son Dioses Concientes de Su Calidad, Unidad y Gloria. No son ‘persona carnal’, no ‘persona humana’, no ‘conciencia temporal’, no ‘conciencia humana’… sino DIVINA. Pero ni el Padre ni el Hijo son imitación del Hombre, sino que es el Hombre la SEMEJANZA de quien lo ha Creado. Y dicha similitud nunca estará en la Carne y la forma, sino en el Espíritu y su Conciencia.
Si algo perfecto Dios nos concedió, es esta Semejanza, para llegar a ser dioses con conciencia de Su Voluntad, nunca lejos de otra realidad que el espíritu no conoce.
Por eso cuando se nos dice que fuimos creados a Su Imagen y Semejanza, se nos revela que somos y formamos parte del Reino en el espíritu, como esencia Divina, chispa que se ilumina con la potencia verdadera del único Hacedor de Perfección que aliento nos da, para permanecer vivos de eternidad en eternidad. Sin la conciencia de esta Semejanza y libertad que nos da la Sabiduría del espíritu, no podríamos ascender a Su Reino Vivo.
Entonces ¿qué es lo que trasciende y asemeja a su esencia Divina?: ¿la carne que queda o el espíritu que lleva la Voluntad intacta del Reino de los Cielos? La potencia de cada Hombre nace de la Semejanza a un Dios con Voluntad y conciencia de lo que Es. “Dioses sois”, nos reveló JesusCristo… ¿Porqué el Hombre se ha negado esta verdad? ¿Quién estará detrás de ocultar este portento?
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