‘No todo el que diga ¡Señor, Señor…! Entrará al Reino de los Cielos, sino aquel que haga la Voluntad de Mi Padre. Pues muchos llegarán en aquel día y alegarán: ¡Señor, Señor…¿No hemos profetizado en Tu Nombre? ¿Acaso no hemos expulsado demonios en Tu Nombre? ¿…y muchos milagros hemos hecho en Tu Nombre, Señor…? Y Yo les declararé: ¡Atrás, hacedores de maldad…Nunca os conocí! (Mateo 8 /21-23)(Lc.13/25-27)
El propósito de la Salvación posee una meta espiritual definitoria: llegar a conocer y poner por obra la Voluntad del Padre.
De nada nos vale escuchar réplicas y contra réplicas de la Escritura, y asistir a la asamblea, y bailar como en la adoración del vellocino de oro, o ser obedientes asistentes al culto… si no alcanzamos la Voluntad del Padre y no ponemos por obra Su Designio.
Falacia es construir una imagen de Jesús y adecuar al varón histórico a la necesidad y propósito del ego, de la necesidad y de la propia idea. Verdad y fidelidad es recocer a Cristo Dios en Jesús, el Verbo del Padre, y asumir en plenitud aquello que el mismo CristoJesús declara sobre Sí en los Evangelios, esencialmente en el Testimonio de Juan.
Lealtad es HACER y Poner por acción de Vida la enseñanza de los Evangelios y la regla moral del Sermón del Monte.
Engaño es seguir supeditando la Salvación al ´símbolo de la cruz’ y la muerte física, carnal, de Jesús, exclusivamente.
Los Hechos de Cambios y de Victoria de (en) los Tres Días… y la Resurrección (NO ‘resucitación’)… Y los 40 días de Restauración posterior, y el Ascenso del Cristo y el Descenso del Magisterio de Dios: el Espíritu Santo…constituyen el Plan integral y completo que nos proyecta cuan Seres en grado de alcanzar la Voluntad del Padre. Restringir la Salvación a la cruz es negar la tarea fundamental, y toda posibilidad cierta, de alcanzar la Voluntad del Padre. La cruz fue EL PAGO. Pero la proyección y la Nueva Vida vienen de los Tres Días de Victoria y los Hechos posteriores, hasta la Gracia del Espíritu de la Verdad.
Santo, entonces, es todo aquel que Pone por Obra el designio del Padre.
Todo lo demás: hacer milagros, predicar y profetizar, expulsar demonios…ejercer poder en nombre de Jesús… NO necesariamente es síntoma divino por Gracia de Dios…sino efecto falaz por causa del Mal.
Para que un acto sea santo, y en santidad viva el individuo, y cuan santo sea respetado… debe hallarse bajo la Voluntad del Padre. Y nadie llega al Padre sino es por Cristo. Y nadie pude ejercer poder alguno en nombre de Cristo sin el Don del Poder del Espíritu Santo.
Las iglesias y los pastores que NO enseñan a Relacionarse con Cristo, y no siembran Carismas que permitan establecer una Relación Espiritual y Personal con el Cristo Vivo; y no instruyen a DISCERNIR con la alta Contemplación del Espíritu… y van dejando a ‘su redil’ en la ignorancia, la dependencia y la oscuridad…aceptando hipocresía y pecado como una ley superior a la Salvación de Cristo…abriendo infiernos amenazantes que en realidad fueron cerrados en los Tres Días de Victoria del Cristo Dios… (Yendo a la vieja ley y a las Escrituras bajo la antigua ley para justificar lo que ahora, bajo la Ley de Cristo y los Evangelios ya no es compatible… ni todo lo anterior está hoy vigente, porque NO se puede basar Jurisprudencia alguna sobre Dos Leyes, y la nueva predominará sobre la antigua)…ellos, los que se aducen autoridad mundana y la imponen como lo hacían los fariseos son aquellos que en su día alegarán derechos que Cristo no les reconocerá.
Para merecer el reconocimiento cuan sacerdotes de Cristo es menester ENSEÑAR a otros a que se Relacionen en Espíritu con el Cristo Vivo. En modo que todo Ser pueda llegar por Cristo a conocer la Voluntad del Padre. Pero no solo: sino que también pueda preguntar e indagar con(a) Cristo si tal autoridad o tal profeta, o tal enseñanza, o tal religión…son Voluntad del Reino de Dios…o es invención del Hombre…o es maldad de las tinieblas.
Mientras el Hombre SALVO no obtenga capacidad para Discernir Espíritus, y no logre la firme y sólida Relación con el Cristo Dios, y no llegue a ser digno de Recibir el Don del Espíritu Santo…no podrá nunca, jamás, saber a ciencia cierta distinguir, separar y dirimir la Verdad de la Mentira.
Quienes en siglos, en años, nunca han tenido como meta fundamental la santidad de todo aquel que vive en y para la Fe en Cristo; y han sido pulcros en mantener el ‘redil’ bien cuidado por lobos con piel de oveja; y se han limitado a lanzar migajas a los feligreses; y se han esmerado por evitar de todos modos que la masa de creyentes logre CONCIENCIA de Cristo… y en Relación con Cristo toda persona de Fe llegue a la Voluntad del Padre… esos no pueden ser de ningún modo Leales a Cristo. Porque de suceder esto, que es lo que Cristo quiere… que todo Ser de Fe llegue a la Voluntad del Padre… las religiones desaparecerían, las instituciones caerían, y las jerarquías y su poder mundano serían anulados. Pues si todo varón y mujer ya saben cómo hablar con Cristo, y por Espíritu llegasen a la Voluntad del Padre ¿Qué motivo para existir tendrían las iglesias? Seríamos TODOS sacerdotes por el Bautismo…como dijo y exhortó Pablo. Y eso…cambiaría el Mundo éste.
La Santidad es hacer y poner por Obra el Designo del Padre. La medida de Cristo es la SIEMBRA en otros de este mismo Camino; es decir, que muchos otros sepan cómo Relacionarse con Cristo para por Él llegar a la Voluntad del Padre.
Todo Poder, milagro, manifiesto de Dios puede ejercerse, o puede suceder, y debe ser recibido POR Espíritu Santo. De otra manera NO es del Reino de Dios…sino es un ‘hacer de maldad’.
– Congregación Evangelista Carismática –