¿Representa ‘Mensaje’, revista jesuita, la ‘enseñanza de la iglesia sobre este y otros temas?
En la revista Mensaje n° 609, de Junio del 2012( www.mensaje.cl ) se desarrolla un artículo bajo el título que aquí encabeza esta reflexión. Por mucho, y anchamente, nos entrega una visión diferente, contrapuesta y hasta diametralmente contraria a no pocas posturas públicas de connotados Cardenales y Obispos, amén de la mayoría de las orgánicas laicas que dominan la política eclesiástica de esta Entidad: como el Opus Dei, Legión, y otros.
El concepto sustancial oficial es aquel que hallamos en el ‘catecismo’, y que universidades ortodoxas implementaron en los programas del Ministerio de Educación que hoy hacen parte de las guías para el profesorado en muchas escuelas, y que recién ahora el Ministerio reconoce como un error; a saber: ‘que la homosexualidad es un desorden de la personalidad’ y como tal es una ‘enfermedad’. A consecuencia de lo anterior se agrega sobre este fenómeno ‘que la psiquiatría y la ciencia no ha logrado descifrar en su profundidad, y sigue siendo una incógnita’ y conlleva a ‘relaciones anti naturales por negar el don de la vida, es decir de la procreación’. Resalta, sin embrago, que ‘la iglesia acoge al homosexual cuan persona, y no la discrimina sino que le debe respeto y evita toda injusticia respecto a éste’.
Para no decir diciendo o para dejar a otros la definición, nada mejor que escribir ambigüedades. Y tal es el punto que pareciera intentar contestar el artículo de la revista Mensaje, aun, claro está, apoyando a la iglesia y salvándola de toda crítica…es decir: haciendo política.
Llama la atención que el autor del texto en cuestión, como buen jesuita, entregue a la cultura, al desarrollo de la ciencia y a los cambios sociales un rol preponderante en las mutaciones de posturas de la iglesia; no descarta que en futuro la comprensión de la homosexualidad y quizás su explicación e integración social provoquen que la ‘enseñanza de la iglesia’ adecúe su visión ‘siempre a la luz de los Evangelios’, como ha sucedido en muchos otros temas en los cuales la ‘tozudez’ y ‘precaución’ de la iglesia ha dado paso a la aceptación y al cambio. Y esto resulta llamativo, pues muchos todavía creíamos que una ‘iglesia de dios’ sostenía sus doctrinas, conceptos y Orden Moral según Principios de Fe que por tratarse de verdades universales no debieran transformar su génesis, su esencia. Pero aquí se confirma una realidad política archi-comprobada: que la iglesia es un ente político-religioso que usa la Fe como razón de existir pero cuyo norte fundamental es la propia permanencia cuan Poder secular y mundano. Eso explica que sea la ciencia, la cultura o los cambios sociales los que definan asuntos vitales de la condición del Hombre, desmereciendo a una representación de hipotética divinidad que finalmente resulta demasiada mundana en sus decisiones y avances. El oportunismo y la mentira son aspectos normales y aceptables en la política, y la iglesia, históricamente, es por mucho la madre de estas artes maquiavélicas.
El punto interesante se coloca en la cuestión del pecado: ¿es pecado ser homosexual o es pecado la práctica de la homosexualidad? No hay pecado en la homosexualidad, sino que en la práctica homosexual. Y, correctamente, agrega el contenido del artículo que la práctica homosexual no es única y exclusiva del homosexual, sino que es y puede ser una forma de sexualidad común en personas que no son tal; sostener relaciones homosexuales en algún momento, temporalmente, o una vez, no hace a un homosexual. Y esto es así: la homosexualidad no se puede medir por ‘práctica’ sino por condición y opción permanente, de vida. Pero ni en este ocasión, ni en otras, el catolicismo va más allá, justamente basándose en la Enseñanza de JesúsCristo: ‘Hay eunucos que los hacen los hombres, y los hay por voluntad propia, mas hay eunucos que nacieron tal para Gracia de Dios’. Y en el mismo artículo se comenta que la iglesia reconoce que este asunto existe desde siempre y ha sido tema desde antiguos tiempos. ¿Y por qué nunca la iglesia ha disipado postura coherente si el tema nace con Babilonia?
Para entender si es pecado, qué…en el citado artículo se abre una interrogante sobre aquello que debemos entender por ‘pecado’. Y eso que leemos aquí es una postura opuesta a muchos artículos doctrinarios de la iglesia católica: establece dos premisas con las cuales no solamente podemos estar de acuerdo, sino que constituyen la fundamenta de toda la osamenta sobre el Cuerpo del Pecado: La Libertad y la Conciencia. ‘El pecado es aquello que cierra a la persona sobre sí misma, dañando o destruyendo su relación con Dios’ – Dice el articulista de Mensaje. ‘El pecado es el uso torcido de la libertad, que daña estas relaciones (entre los hombres y con Dios) y cuya consecuencia es…la pérdida de la libertad’- Agrega- ‘Además…habría que señalar que son condiciones necesarias para que se configure un pecado, la libertad del sujeto y su conciencia del pecado’ ‘…se está indicando que el homosexual no tiene libertad para elegir su tendencia heterosexual, y así como la heterosexualidad no es una virtud, la homosexualidad no es un vicio…Y es por eso que la homosexualidad no puede considerarse pecado’
La Conciencia, no del pecado, sino de Dios, y la aceptación de la Gracia de Dios sobre la Vida en el Hombre…o la negación, la ignorancia o la opción por la incredulidad y el agnosticismo que no acepta divinidad alguna interviniendo en la vida humana y en la libertad del Hombre…eso sí hace una diferencia de Libertad. Pues en la Libertad el Hombre puede creer en lo que quiera y de todos modos recogerá el fruto de sus opciones: siembra su propia cosecha. El Principio de Libertad no está amarrado a resultados inciertos. Podemos intentar hacer de mil formas y al final recogeremos el mismo resultado de acuerdo a lo que Somos. La Conciencia es la jurisprudencia de la Persona: dicha jurisprudencia es la Moral que da el resultado de Calidad en cada uno. Ahora, la Conciencia de Dios no coarta la libertad, sino que entrega a ésta una cualidad mayor. Nadie acepta a Dios sin Conciencia, y en la libertad el Hombre puede cometer errores de opción u omisión. El pecado está sujeto entonces a esta premisa: que exista Conciencia de Dios y en uso de la libertad el individuo opte por vivir de acuerdo a leyes espirituales que lo alcen como Persona…pero luego, trasgrede tales principios de Fe y va en contra de Sí Mismo, y violenta su Conciencia para acometer la consumación de sus Deseos. Esto significa que aquel que es ignorante de Dios o en su libertad ha negado de éste, y nunca lo acepta ni lo concibe…no puede haber pecado. Hay pecado en la Conciencia y en el abuso de la Libertad que al final se opone a tal Conciencia. No se trata entonces de ‘Conciencia del pecado’ sino que el pecado es o no es si hay Conciencia de Dios y Opción libre por la vida en la Fe. Por ejemplo: pecado hay, y mucho, y grande, cuando un cura predica a Dios según sus votos sacerdotales y detrás de su púlpito viola niños y abusa de adolescentes. Y sobre tal pecado grave la iglesia no ha tomado postura sino que ha asumido medidas jurídicas de dudosa efectividad.
Según esto: un homosexual que por Conciencia y Libertad no cree, no concibe, no acepta a Dios… ¿puede cometer pecado? No. Si acaso es un muerto espiritual haciendo abuso de su libertad carnal. Y si el homosexual sí cree en Dios y por Conciencia lo acepta, y acude a Su Gracia… ¿está en pecado por ser homosexual? No. Pero por estar Vivo en su Fe debe asumir en Conciencia la condición de su nacimiento. Cristo nos enseña: ‘hay eunucos hechos por los hombres…’ Y los homosexuales hechos por abusos y traumas provocados por la perversión de otros tienen un modo, y deben tener una forma, de ser tratados, ayudados y sanados del mal recibido, y luego, solo después, quedan libres realmente de optar; ‘y los hay quienes se han hecho a sí mismos’…y eso es ya una opción en libertad. ‘Pero hay eunucos hechos tal para Gracia de Dios’. Y este es el punto crucial: ¿Qué libertad tiene un ser nacido homosexual sin posibilidad alguna de elegir su opción sexual? Cristo nos dice que sí, ‘se nace homosexual’; quizás la ciencia esté muy cerca de descubrir el ADN que provoca este ‘tercer género’, y cuando esto suceda, según se desprende del artículo, la iglesia seguramente reconocerá la homosexualidad de alguna manera, cosa que no ha hecho en dos mil años de enseñanza de Cristo…es claro donde la iglesia tiene puesta su corazón y razón.
‘Nacidos para Gracia de Dios’ posee un enorme significado espiritual. Que existan personas nacidas sin pertenencia de género definida bajo un Plan para Gracia de Dios nos está revelando una realidad que debemos Discernir (y sobre discernimiento también se habla en este número de Mensaje, y también haremos un comentario); pero en cuanto al pecado: si la enseñanza del cristianismo insiste en que ‘somos pecadores’ y ‘pecado es todo mal que se hace a sí mismo y a los demás y daña a uno mismo como a los otros’…por ende llenos estamos de pecado y pecadores…entonces Cristo nunca vino, ni pagó por los pecados de Caín, ni sucedió algo importante en los Tres Días de su muerte, y la Resurrección es un símbolo… y todo está perdido porque hemos vuelto a fojas cero.
Cuando Mensaje encabeza que su postura, en el artículo, debe entenderse como ‘la enseñanza de la iglesia’ es un eufemismo. Nos alegra la Libertad y la coherencia de Conciencia que demuestra el articulista y la revista, pero es lamentable todas las vueltas de carnero y vericuetos por los que navega y salta para hacer coincidir lo propio con la iglesia que conocemos, y que en nada se asemeja al contenido de dicho escrito. Quizás se nos responderá que no conocemos a la iglesia por dentro: lamentablemente es lo contrario. La conocemos demasiado, y más adentro…peor es lo que comprobamos.
Concordamos con lo escrito en Mensaje: la Conciencia y la Libertad son las reglas que definen las opciones: no del pecado…sino de Dios. Como bien explica Pablo: el pecado es la muerte, y Cristo es la Vida. No podemos aceptar a Cristo y luego pecar; justamente porque estamos Vivos en Cristo: negar la vida en la Fe es el pecado que nos hace muertos nuevamente.
Ahora, toda práctica homosexual llevada a cabo por alguien que por Conciencia ha aceptado a Dios… comete pecado, abusa de la Libertad y la distorsiona. El homosexual nacido tal no es pecador, sea porque esa es la Gracia de Dios, sea porque todos somos salvos del pecado por los Hechos de Salvación de Nuestro Dios el Cristo, y debe hallar, el creyente que nace homosexual, ese misterio Crístico de haber ‘nacido para Gracia de Dios’. En otras palabras: hay un Plan de Dios en tal nacimiento.
Sacerdocio Dispensación Vísperas del Advenimiento del Milenio de Paz
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