Las Noticias:
1.- Los Legionarios de Cristo reunidos en su Capítulo General en Roma expresaron el jueves 6 de febrero su reprobación de los comportamientos «gravísimos y objetivamente inmorales» de su fundador Marcial Maciel y pidieron perdón a sus víctimas. La declaración, expuesta en un comunicado, reconoce que la congregación religiosa «corrió el peligro de desaparecer» y que «la ayuda de la Santa Sede fue imprescindible para descubrir cómo la personalidad y el modo de actuar de Maciel estaba afectando a la congregación».
Además «los Legionarios de Cristo piden perdón a todas las personas afectadas por su conducta y por las deficiencias» registradas. Asimismo, lamentan «que muchas víctimas y personas afectadas hayan esperado en vano una petición de perdón y de reconciliación por parte de Maciel». «Hoy queremos hacerla nosotros, expresando nuestra solidaridad con todas ellas», afirman en la declaración.
2.- El Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño ha pedido al Vaticano que «retire inmediatamente» o expulse a todos los miembros del clero de los que se sabe o se tiene sospecha de que han cometido abusos sexuales contra menores y que los entregue a las autoridades civiles.
Igualmente, señala que la comisión específica creada el pasado mes de diciembre por el Papa Francisco para este asunto debería investigar todos los casos de abuso sexual infantil así como la conducta de la jerarquía católica ante estos hechos.
En el informe presentado este miércoles por el organismo de la ONU, se reclama también a la Santa Sede que haga públicos sus archivos sobre casos de abuso sexual. Además, el Comité manifiesta su preocupación por el conocimiento que de estos casos se tenía en la Santa Sede.
«El Comité está profundamente preocupado porque la Santa Sede no ha reconocido la gravedad de los crímenes cometidos, no ha tomado las medidas necesarias para hacer frente a los casos de abuso sexual infantil y para proteger a los niños y ha adoptado las políticas y prácticas que han dado lugar a la continuación del abuso por parte y por la impunidad de los perpetradores», señala el informe.
El represente del Vaticano responde: «Los abusadores se encuentran entre los miembros de las profesiones más respetadas del mundo, la mayoría lamentablemente, incluidos los miembros del clero y otro personal de la Iglesia. Este hecho es especialmente grave, ya que estas personas están en posiciones de gran confianza y son llamados a promover y proteger todos los elementos de la persona, como la salud física, emocional y espiritual. Esta relación de confianza es fundamental y exige un alto sentido de responsabilidad y respeto por las personas atendidas», ha expuesto.
Monseñor Tomasi también subrayó que «no hay excusa» para ninguna forma de violencia o explotación a niños y que estos crímenes «nunca pueden ser justificados, tanto si son cometidos en casa, la escuela, el deporte o en organizaciones y estructuras religiosas».
Para concluir, monseñor Tomasi afirmó que la Santa Sede dará la bienvenida a cualquier sugerencia por parte del Comité que pueda ayudarles a promover el respeto de los derechos de la infancia y a asegurar una aplicación eficiente de la Convención y sus Protocolos. Sin embargo rechazó toda ‘sugerencia’ que atente en contra de la Libertad de Religión y el derecho de su institución para definir las medidas internas, y que en este plano no considera oportunos ni el tono ni la ‘exigencia’ de expulsiones que la Comisión ha hecho pública.
Nuestro Comentarios
Sobre el caso de los Legionarios nos cabe una reflexión: en el caso del cura John O’Reilly, connotado miembro legionario en Chile, su abogado defensor, Luis Hermosilla, nos acusó públicamente, en dos periodos, de crear una especie de conspiración en contra de los Legionarios; basándose en un artículo de nuestra revista -que el señor abogado seguramente nuca leyó,-y que nos obligó a aclarar la verdad ante los Medios de prensa, ante el Fiscal del caso, en carta al Obispo de la iglesia católica de entonces, el señor Ezzati; y en nuestro propio medio de información.
Hoy vemos que son los propios Legionarios quienes declaran con duros conceptos su reconocimiento de graves faltas, y su petición de perdón. En verdad jamás nos ocupamos en particular de los Legionarios, ni hicimos campaña alguna en contra de éstos, ni ‘creamos’ el caso del abuso del cual el cura O’Reilly está siendo procesado. Pero esta confesión – y seguramente mucha verdad que irá saliendo en la medida que el tiempo pase- debiera hacer arrepentirse también a aquellos que en su día publicaron una declaración en los Medios de Chile en donde defendían a su Legión bajo la acusación de ser víctimas de un complots de la masonería y de agrupaciones religiosas de tintes izquierdistas. En realidad solo ha existido la verdad de los Hechos, y nada más que los Hechos y su verdad. Todo el resto fue intento desesperado por no caer.
Hoy han entendido que el Principio del Arrepentimiento y el reconocimiento de las aberraciones son el mejor camino para la dignidad y la restauración. Por nuestra parte, no hemos cambiado nuestra línea, que no nos ocupa de los Legionarios en particular, sino que siempre apuntamos a la raíz doctrinaria y a la coherencia con los Evangelios, pues allí es donde podemos ver claramente la profundidad de la crisis moral y espiritual de la Institucionalidad cristiana en general.
Con respecto a los resultados y postura de la Comisión ONU y la respuestas del Vaticano: creemos que la ONU debe ceñirse a su rol de fiscalización y exigir que el Estado Vaticano actué según derecho Internacional, en concordancia con los Derechos Humanos y Derechos de la Infancia. Pero debe mantenerse en el plano de su órbita: el Derecho Internacional y su calidad de Organismo Multinacional. Y en este caso debe enfrentar al Vaticano como Estado. Y si la ONU considerara que el Estado Vaticano construyó redes de protección para abusar de infantes, y se constituyó en un Estado negligente y violador de los Derechos que le atañen, y por los cuales debe responder, entonces lo que cabe es presentar el asunto ante los Tribunales Internacionales, bajo crimen de Lesa Humanidad o figura jurídica similar.
Pero este camino que tomó la Comisión de la ONU es extraño, fuera del Derecho y al margen de su rol: pedir la expulsión de miembros, y exigir alejamientos, e incluso la entrega de listas de abusadores…es una ‘resolución’ que no se entiende. O presenta acusaciones ante Tribunales Internacionales, o da a conocerlos informes que posee; pero jamás una Comisión pudiere exigir a un Estado que entregue a quienes delinquen, sino que debiera solicitar que ese Estado llevara a sus Tribunales a quienes cometen fechorías, y si ese Estado los encubriera en lugar de enjuiciarlos…entonces cabe arrastrar a tal Estado ante los Tribunales Internacionales.
Pero la Comisión hace un juego raro: asume que el Vaticano es un Estado, pero luego le habla a la iglesia y pide expulsiones eclesiásticas. Es una figura ambigua que rompe un Derecho de Libertad Religiosa que deja el asunto en un limbo jurídico. No es rol de esta Comisión entrar a sugerir medidas eclesiásticas, pues la expulsión de miembros en una religión es resorte exclusivo de esa religión. Lo que corresponde en este caso es un tratamiento de Estado, y de Derechos, de Violación de Derechos y rol encubridor o partícipe de un Estado.
La inédita exigencia de expulsiones que debiera ejecutar la iglesia católica…en nada se condicen con la seriedad y gravedad de los Hechos. ¿En qué solucionaría una trasgresión al Derecho por parte de un Estado ante las Instancias orgánicas de la ONU, el que los abusadores sean expulsados de su religión? No es la ONU la que debe entrar en méritos a medidas que se enmarcan en otro Derecho: la Libertad de Religión y de Organización de acuerdo a las normas de creencias. Y aquí creemos que los miembros de esta Comisión se enredaron: dejaron de Investigar a un Estado, y no quisieron ir más allá en su acusación judicial, y se mezclaron en asuntos que no les corresponde intentando salvar la propia faz.
Reiteramos: nuestras observaciones ante hechos tan nefastos como los abusos y violaciones a inocentes por parte de la curia, siempre lo hemos enfocado bajo la luz de los Evangelios, de la Coherencia con el Mandato de Cristo, y los deberes de dignidad y santidad del Sacerdocio. Y desde ése plano, doctrinario y de fe, sí podemos decir que la No-Expulsión de los delincuentes abusivos que fueron protegidos en la institución eclesiástica, ha constituido una posterior falta gravísima sobre la gravedad de la falta ya cometida con reiteración y alevosía. Pero, insistimos, no debiera ser este el punto de una Comisión de la ONU. Y hacia donde debiera ir esta Comisión… parece querer obviarse.
-Ediciones El Gran Fundamento-