Bien sabemos que es Latino América, y especialmente Sur América, la Tierra en donde la ley de Dios se asentará y conformará la Nueva Condición sobre la cual se asentará el Orden Espiritual del futuro.
Lo declaramos desde 1991: en Sur América ha descendido la Nueva Dispensación enunciada por el Cristo Vivo. Es en el Triángulo geográfico que envuelve especialmente al corazón de Sur América el lugar en el cual se alzará el Milenio de Paz.
Y si el Reino de Luz y de Amor declara su Territorio en este mundo, es lógico y natural que las fuerzas oscuras e infernales arrecien y luchen para prevalecer entre los hombres y mujeres de esta parte vital del globo. Y sabemos que esta verdad es conocida por muchos: budistas, mormones, Testigos, evangélicos…y católicos. Porque esta realidad emanada de Dios no es secreta ni privilegio de unos pocos o de elegidos. Es un contexto supremo declarado por el Espíritu Santo y por las fuerzas del Reino a todo nivel y ante todo oído que quiera escuchar.
La lucha al interno de la institucionalidad católica se traslada al centro en donde todo conflicto se acentuará para lograr su resolución y salto: América del Sur.
El Prelado católico Francisco Primero es un reformador reconocido, un hombre jesuita bien identificado con la idea humilde y fuerte de Francisco de Asís. Y si la palaciega institucionalidad vaticana y las mangas de poder bien incrustadas en los ganglios de la curia no oponen tenaz resistencia, ni culmina este varón como Juan Pablo primero, quizás, con el apoyo del segundo Papa, el que de algún modo influenciará desde las sombras, el emérito Benedicto, tal vez asistamos a esa revolución impensada que seguramente dejaría a muchos en el camino y posibles divisiones en esta religión tan llena de pecado, de escándalos y sospechas.
Oramos para que la Madre Sabiduría ilumine a este argentino que hoy tiene la misión de alzar la iglesia que Francisco quiso y no pudo. Porque si este varón que sabemos honesto y sin cuentas pendientes, ni omisiones inmorales, ni manos sucias, logra rescatar a los católicos de la indigna apostasía en la que se han hundido por años… y rescata la esencia del apostolado primero, y el cristianismo de los santos… entonces Cristo habrá vencido ante los apostatas, los criminales vestidos de estolas, los corruptos y las mafias que se resguardan detrás de la doctrina del pecado y la magra justificación de la debilidad humana.
Nosotros, hombres y mujeres Consagrados y Consagradas, en ejercicio de nuestro Sacerdocio bajo la Ley del Cristo Dios, no creemos en la raíz institucional de esta iglesia, y seguimos considerando que su Esencia Doctrinaria es apostasía… pero asumimos que la lucha de Cristo en contra de sus enemigos también está dándose y viviéndose en esta institución, y no podemos sino Orar para que Francisco Primero sea un hombre valiente en Cristo y se atreva no solamente a limpiar la casa del vaticano, sino que Dios Quiera sea Él un instrumento de Santidad y de Restauración que coloque a Cristo cuan Dios Salvador y Gobernante de todo Ser de Fe en este Mundo… sin iglesias mentirosas haciendo de fraudulentas intermediarias, ni sacerdocio que discrimina a la mujer, ni degenerados violentando inocentes, ni mafiosos usando las parroquias para lavar dinero…
Seguiremos nuestra misión modesta pero fuerte en contenidos: Consagrando Creyentes y formando sacerdotes para Aviso de la Pronta Venida de Nuestro Dios Vivo, el Cristo, el Verbo del Padre. Y seguiremos difundiendo la Ley de JesúsCristo, tal y cual se nos ha develado, porque sabemos que en algún punto del Camino y del Tiempo, bajo la Mano Santa de Nuestro Dios Vivo, nos uniremos en Espíritu todos quienes de verdad amamos el Mandato de Cristo, y de su Gobierno seremos conducidos hasta la Alta Morada del Padre Creador.
Porque el pecado No es más que Cristo, y es Cristo la Ley de Vida, y no el pecado, Oramos para que la iglesia del pecado muera y de sus cenizas se imponga el Templo, el Tabernáculo, la Piedra Angular que fue denigrada por la apostasía y los anatemas. Porque desde Cristo todos somos Salvos, y por el Bautismo en Cristo todos somos sus sacerdotes… ¡Ha llegado la Hora de que cada creyente sea un Consagrado y sirva al Plan de Cristo… y no a los planes de los Hombres, y del Mundo!
Sacerdocio bajo la Ley de Cristo