EDITORIAL 20

RITUALES Y CEREMONIAS, necesidades del Hombre… Claves de Dios.

Desde los comienzos de la sociedad humana, los rituales han ocupado un lugar determinado en la vida social. Pudiendo haber comenzado como un medio de unificar la identidad de un grupo o tribu, esta necesidad hoy la comprobamos en diferentes grupos que los usan cuan “codificaciones compartidas” con enfoques asociativos y también disociadores, que nutren comportamientos destructivos o excluyentes como los ceremoniales de afirmación racista o las inmolaciones terroristas.

Los tatuajes, aretes, pinchos, pelajes y tonsuras que hoy mucha gente joven de ambos sexos utiliza, se han puesto de moda como acciones rituales que responden a una mitología de idealización de la marginalidad o de la devoción por la sagrada identidad cultural de las sociedades que no quieren ser como las demás.

 

 

Este variado escenario nos demuestra que donde sea que estemos todos necesitamos rituales, sin embargo en el desarrollo y expresión de la fe y la devoción a lo superior, es el lugar donde más se verifican numerosos ritos y ceremonias. Todo ser humano tiene necesidades espirituales que canaliza de distinta forma. Cada uno tiene la oportunidad de adoptar la religión de sus progenitores, pero otros, por distintas razones, eligen maneras propias de interpretar la fe y cuando el hombre se ha sentido insatisfecho con ese canal de expresión de su fe, ha surgido una reformulación con otros nuevos símbolos, rituales, liturgias, lenguajes… mas al no haber vivencia de la fe, como un enfoque ritual de la vida, nunca habrá verdad en la expresión de la fe.

En este ámbito religioso y de fe, verificamos una gran y variada gama de rituales diversos y extremos, desde el sincretismo religioso tan marcado en América Latina, donde confluyen las ceremonias cristianas con las de los pueblos evangelizados, rituales de purificación por aguas y por fuego en varias latitudes, chamanismo, espiritismo, ritos aún vigentes de sacrificios a los espíritus, actos de devoción popular expresados de mil maneras, procesiones, caminatas, admiración y protección de reliquias de santos, como festivales de variada índole… fertilidad, agradecimientos, entre muchos.

 ¿Por qué el Hombre generalmente busca formas externas de expresar un supuesto amor por un poder muchas veces desconocido, cuando en realidad este (amor) debiera vivenciarse en el interior?  El verdadero rito debe partir de una manifestación interior en el Ser, que no sólo pueda representar una vivencia, sino también una toma de conciencia para la transformación en la persona.

Sobre este variado escenario, en esta edición apuntamos a la profundidad del rito y su esencia, para invitarlos a salir de la formalidad ritual que en nada contribuye al crecimiento espiritual y los objetivos de trascendencia que Dios ha puesto sobre el Hombre, donde el verdadero rito es una clave de liberación y de deidad.

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