Un desierto mental lleno de espejismos.

Los mismos hechos que vemos sucediéndose ante nuestros ojos de Personas de Fe, tienen tantas interpretaciones y conclusiones como personas hay… y es que la fe no explica a Dios, sino que permite una mirada humana sobre los eventos bajo la tentativa de entender al Creador -mediante la realidad que podemos verificar- y su Plan para los Hombres. Porque la fe en Dios de un hebreo y la que conmueve a un musulmán pueden rehacerse teóricamente a la unicidad de Dios, pero la aplicación de esa doctrina no necesariamente conlleva a la paz entre sus dos religiones. En el cristianismo existen líneas de fe comunes hasta en los detalles, y las bases literarias y los padres fundadores suelen ser citados por todos, pero en la realidad no hay unión, ni unanimidad, e históricamente podemos comprobar épocas de duros enfrentamientos y guerras religiosas entre partidarios Protestantes y Católicos.

El creyente de a pie tiende a confundir la realidad religiosa que ve y constata, con una diversidad de dioses o formas de concebir al mismo dios que le invitan a buscar, también al dios que más le acomode. Este oportunismo cultural está autentificado por las jerarquías eclesiásticas y las pequeñas iglesias, las cuales, todas, se plantean ante la masa de creyentes cuan empresa ofreciendo el mejor servicio, y el feligrés acepta esta condición de cliente que le conduce o a vagar por las mejores ofertas, o a quedarse flojo bajo un resguardo institucional, o fanatizarse bajo aleros acérrimos.

En este contexto religioso-cultural, además del clientelismo habitual, se ha instalado la deformación del concepto ‘oveja-pastor’, transformando al ovejismo en aquella manera inerte, holgazana, formal e hipócrita de seguir un pastoreo humano que exige apoyo incondicional, militancia acrítica y un profundo sentido esclavista, que concede al becerro, cuan contra-parte, actuar bajo doble estándar entre ciertos rituales y su apego y participación en las nimiedades del Mundo… y al pastor concede usufructuar de un rol mundano desde el cual ejerce poder, el cual usa para establecer un espacio público que siempre es político y de buen sustento económico.

 

Es obvio entonces que hechos como la secuela de terremotos, erupciones volcánicas, cambio climático, guerras prolongadas con miles de muertos y heridos, conflictos étnicos con masas enormes de desplazados, bloqueos a ciudades bajo hambre… no sean tema para los cultos de la parafernalia televisiva, como el Canal Enlace y otros similares, ni lo sean para las enconadas orgánicas tradicionales del evangelismo, más ocupadas de ganar terreno al catolicismo y participar en la política contingente; y menos sea tema de fondo para el ogro púrpura asentado en las siete colinas, cuya inmoralidad y perversión aún lo tiene herido y bajo presión interna… Pues además de alguna declaración y llamado desde un balcón, en verdad no hay de parte de las religiones una urgencia por abrir la caja de pandora que esconde raíces profundas que involucran también a éstas, en cuanto la institucionalidad religiosa ha conformado nexos íntimos con los círculos de Poder que han entretejido su Gobierno en las sombras. Por lo mismo, no debemos extrañarnos que las guerras hoy tengan sesgos religiosos o causas religiosas abiertas: porque la Religión es parte del modo Cainita de concebir el Poder y su ejercicio despótico sobre la libertad de los Hombres.

 

Sacar esta idea nociva y apóstata de la mentalidad común del creyente es casi imposible, pero hemos recibido del Cristo Vivo…y decimos Vivo porque no hablamos del Jesús muerto en la cruz, sino del Dios Vivo que venció en los Tres Días de Transformación, después de la cruz… la indicación de no levantar una iglesia, cuyo concepto de asamblea es parte importante de la deformación estructural, sino colocar al creyente ante su Fe Personal y atreverse a mirar a la meta que Cristo propone: hacer la Voluntad del Padre que está en su Reino. Y esta misión, nacida de una Dispensación que solamente puede emanar de Dios y su Poder, nos coloca fuera de toda religión, y lejos de toda idea eclesiástica; y esto no es formal, sino que profundo, y conlleva a Observar, Verificar y Entender los hechos que suceden en el Mundo a través de los Ojos del Cristo Vivo, con la Sabiduría de la Madre Espíritu Santo…Y esa sí es una diferencia sustancial.

Ahora bien, nuestro llamado de atención sobre los eventos que todos podemos ver y escuchar no nace de una intención publicitaria, sino de una realidad: en cada evento hay una cadena de avisos, de causas, que se dirigen irremediablemente a un fin, a un desenlace, a un tiempo en el cual se resumirá todo Tiempo. Desde la Relación Personal con el Cristo que Viven los Consagrados podemos ver con ojos espirituales aquello que la corta vista del intelecto y el egoísmo de los intereses mundanos o no ven, o niegan o pretenden esconder.

Desde la Visión que solamente el Dios Vivo puede entregar, decimos que cada detalle que no queremos tomar en consideración es precisamente un eslabón de anuncios que tendrá su inminente epílogo: y cuando llegue el Tiempo de esta conclusión nadie podrá alegar inocencia o ignorancia. Nuestro deber es exponer y resaltar lo que ya se manifiesta, y avisar que solamente la Relación de Fe entre la buena disponibilidad del Hombre con el Dios Vivo puede: o cambiar el curso global de esta ruta de colisión, o elevar al individuo y extraerlo de la hecatombe. Ni la pertenencia a una iglesia, ni un ejército bajo bendición de sus sacerdotes, ni un libro usado como arma sectaria y sin Sabiduría, y menos la creencia personal en santos inventados y ritos vacíos de verdad y repletos de superstición… ni procesiones, ni estatuas de yeso, ni ceremonias dominicales… nada servirá ni dará respuestas cuando venga el resumen de este Tiempo de Tribulación.

Hay un Camino: abrir la senda humilde de la Fe en Uno, para que Cristo, el Dios Vivo, gobierne y guíe nuestras vidas hacia la Voluntad del Padre Creador. ¿Cómo? Consagrándose. Y nadie se consagra a sí mismo: es Cristo quien Consagra, y no puede haber un Sacerdocio nuevo y poderoso sin la Bendición por Mano Santa del Dios Vivo, el Cristo en Persona. Hablamos de lo que hemos recibido, damos testimonio de lo que hemos comprobado… ¡El Reino de Dios ha Descendido y avisa que pronto Dispensará Justicia sobre esta Tierra! (Sabemos que pocos escucharán, pocos creerán, y menos son quienes se atreven a entrar bajo la Directa Autoridad del Cristo que Vive…y estamos conscientes que nuestras palabras suenan extrañas, y que muchos temerán a la idea de estar ante una ‘secta mesiánica y zafada’… pero nada debe temer el que Ora y pide a Cristo Testimonio sobre quienes somos sus Consagrados, y en Oración medita la Palabra que bajo Espíritu extrae de su Biblia…porque es Cristo quien avala a Los Suyos).

 

Finalmente, los mismos Hechos tienen diversas interpretaciones, o ninguna: depende si se mira por el intersticio del ego y la conveniencia, o se ignora todo; o se coloca en el cedazo político que siempre es malévolo, o se aborda con ligereza para no perder la propia credibilidad, o se separan los eventos y se les minimiza y se les hace empequeñecer… o se opta por mirar la Vida y el Mundo de frente, con los Ojos del Espíritu. Esto último es peligroso para el sustento Cainita: pues al ver y escuchar desde la Altura de Dios todo se nos esclarece, simplifica y une, y podemos ver con misericordia y compasión cómo los Hombres pueden vagar por el desierto, convencidos de que los espejismos son la realidad única que determina su existencia: ¡están como esclavizados y perdidos! Para ver cómo de verdad están las cosas hoy, en este Mundo, debemos subir a la Montaña del Espíritu y contemplar -y contemplarnos –  desde la Paz de y en  Cristo…  hacia la Tribulación de este Tiempo y su Salto inevitable.

 

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