¡Necesitamos hablar con Dios… ahora!

Es cierto, terremotos han sacudido la Tierra desde siempre, como tifones e inundaciones, olas de frío y épocas de hielo, y construir una visión apocalíptica basado en estos hechos naturales puede resultar una paradoja y en gran medida una falta de ‘sentido de la realidad’. Entonces ¿qué hace la diferencia? Por ejemplo, el tsunami en Asia y el sísmo en Puerto Príncipe, con miles y miles de muertos y un impacto emocional fuerte en la población mundial, son dos episodios dolorosos que impresionan por sus características y efectos funestos y destructivos.

La diferencia reside en que estos dos hechos han sido percibidos y han tenido una severa consecuencia en la conciencia de la humanidad; es decir, no son los elementos y sus movimientos quienes nos colocan ante avisos de cambios y advertencias de nuestra fragilidad, sino la percepción, la receptividad e incluso el espanto que éstos eventos provocan en las personas. Siempre y en todo caso es la conciencia actuando y actuante en el Hombre aquello que hace toda diferencia y diversidad.

La nefasta guerra se hace conciencia en las personas cuando éstas viven sus oscuros episodios y son golpeados por la sangre corriendo por sus puertas. Antes de eso, pocos son aquellos que entienden por conciencia que toda guerra es un infierno. Existe la conciencia en la persona que no requiere vivir la experiencia en primera persona y hace propia la vicisitud de otros igual a él; y verificamos la conciencia que se despierta en la persona mediante episodios portentosos que no necesariamente llegan a su umbral personal  pero ésta lo hacen propio debido al golpe emocional. Y también sabemos que por más hechos que estremezcan al Mundo hay quienes jamás saldrán del pequeño círculo de su ego y egoísmo, y nunca dejarán espacio al despertar de su conciencia.

 Si una persona reúne ante sí los eventos mundiales importantes que han debido causar un cambio en la mente y alma del sujeto humano, tendría suficiente material real, vívido y concreto que alimentaría su conciencia y le haría reflexionar sobre lo esencial y trascendente.  La clave de la sentencia que dice: ‘y todo ojo lo verá y todo oído lo oirá’… nunca pudo ser aplicada a épocas pretéritas debido a la falta de posibilidad y rapidez en las comunicaciones. Esa sentencia fue declarada para nuestros días.

Un terremoto en Haití que permaneciera aislado del conocimiento del resto del mundo, aún siendo igualmente infausto, no tendría el efecto fundamental que sí posee en este tiempo de comunicaciones agiles e instantáneas. La Conciencia hace la diferencia, no son los eventos por si mismos quienes avisan Cambios, sino el hecho que ‘todos vean y todos oigan’.  Entendiendo de este modo la relación ‘Hechos, Saber y Conciencia’ nos surgen preguntas: ¿Por qué Haití? La misma cuestión en su día consultamos a La Sabiduría en relación al desastre de Sumatra. Y definitivamente en estos no podemos basarnos en ideas propias y subjetivas, debemos recurrir a las Fuentes de Sabiduría y tenemos que contar con algún medio de cierta y verdadera raíz con Lo Superior, con el Reino de Dios. Debemos Consultar al Cielo. Y si la religión que profesamos no nos entrega herramientas para alimentar nuestra Conciencia y entender las Causas misteriosas, no humanas, que existen en los hechos que nos impactan… estamos siendo ovejas a merced de la particular interpretación del pastor o vagamos en un océano de conjeturas.

Los hechos y avisos, muchos y abundantes, que van conformando nuestra Conciencia de los Tiempos que vivimos y nos entregan certezas de los Tiempos que vendrán, requieren de un lazo conectivo con la Fuente de Sabiduría del Reino de Dios, en modo de no extraviarnos en la jungla de las religiones humanas y sus escolásticas explicaciones de los eventos. Porque es en casos como aquellos que hoy nos conmocionan, en donde miles de seres humanos caen y fallecen en manera atroz, cuando nos sobrevienen decenas de demandas que no podemos dejar de responder, y ya no es posible recurrir a las viejas ideologías, a los raídos conceptos y los tambaleantes paradigmas: ¡necesitamos hablar con Dios… ahora! Nuestra conciencia no nos permite la becerra adaptación de una manipulada fe de la esperanza que al final es de los muertos: tenemos a un Dios Vivo y somos Vivos en el Espíritu y por Espíritu Santo… Y por Vida tenemos la vívida Palabra Viva de un Dios Reinante y Soberano…de Vivos, no de muertos. Pues bien, tenemos el Medio, cuan Arca de la Alianza, para saber lo de Dios. No es exclusivo para unos pocos privilegiados: estamos dispuestos a entregarlo a todo varón y mujer de Fe Viva. Es cierto, la perla del Cielo no se debe entregar a los marranos para que éstos la magullen y denigren… pero sí es el Dios Vivo quién se ha acercado y ahora es el verdadero Pastor con Voz y hechos tangibles… es Él quién nos muestra el verdadero corazón de los Hombres.

Hemos abierto un Calendario de ‘Escuelas de Investigación’ sobre el Camino de Consagración. Llamamos a que toda mujer y varón de Fe real  postule a participar en este primer modo de encuentro, y desde su vivencia y conciencia elija o deseche esta vía que no es una religión, ni constituye una iglesia, sino que es el germen de Lo Nuevo que está preparando su advenimiento.

Miremos los hechos del mundo, y démonos por enterados. Alimentemos nuestra Conciencia y pongámonos en condiciones de Hablar con el Cristo Vivo: el Dios de Sabiduría.

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